No importa si eres la dueña de una exitosa compañía, la artista pop del momento, una “neni”, la directora de la empresa, una reportera, cocinera, no importa, si la gente sabe que tienes hijos, la pregunta obligada cuando te ven llegar sin ellos a un lugar es: ¿Con quién dejaste a tus hijos?
Los hijos parecen un ancla social para las mujeres que no sólo deben afrontar sus labores diarias desde la trinchera que les haya tocado, sino que también deben maternar como si no hubiera un mañana.
Es agotador emocionalmente y claro que en muchas ocasiones afecta el rendimiento, por eso es que aún son pocas las mujeres en puestos medios o superiores en las empresas, por eso son pocas las que emprenden y más pocas aún las que sobresalen.
¿Cómo has hecho para triunfar en un mundo de hombres? ¿Cómo le hiciste con tu hogar? Pero si estás muy guapa, ¿Cómo has hecho para mantener la figura? ¿No es complicado trabajar y tener pareja e hijos? ¿Qué opina tu esposo / pareja de que hagas esto?
Todas, preguntas que jamás escuchará un hombre, mismas que en el fondo llevan un objetivo: hacer que la mujer se sienta culpable por el lugar en que se encuentra y por el cual se ha esforzado tanto.
Por eso es necesario hablar de equidad, que no igualdad, se trata, como dirían las y los contendientes políticos: “de tener piso parejo”. Es decir, considerar los requerimientos y necesidades de unos y otras y con base en ellos, crear políticas públicas y empresariales que permitan el libre desarrollo de las habilidades de hombres y mujeres en los diferentes ámbitos sociales.
Así que la próxima vez que veas a una mujer divirtiéndose, viajando para asistir a un congreso, emprendiendo, por favor, no le preguntes ¿Dónde o con quién dejaste a tus hijos? Ten la seguridad que eso, ella lo tiene resuelto, ahora, dale chance de enfocarse en lo que hace en ese momento.
