/ lunes 7 de octubre de 2024

Carrereando la Chuleta / Día Uno

Durante mis años de estudiante expuse varias veces, algunas veces me tocaron temas que no entendía muy bien y que memorizaba esperando que nadie se diera cuenta de las cosas que estaba diciendo; en otras ocasiones no necesitaba ni ver mis notas porque me salía natural, porque se notaba la pasión y el amor por lo que estaba haciendo; como lo que me sucede cuando me ponen un micrófono en la mano, me emociono como si fuera la primera vez y trato de dar lo mejor; otra cosa muy distinta sería si me pusieran un lápiz y una calculadora para cuadrar cuentas, tal vez lo haría por cumplir el compromiso, pero nada más.

Siempre que escucho a un político dar un discurso pienso justamente en eso, en que se nota cuando a uno le apasiona lo que está haciendo y esta vez pude ver a un Yamil Melgar emocionado, sincero, apasionado, comprometido, feliz, y creo que es el mejor comienzo que se puede tener.

Llevar las riendas de un municipio como Tapachula no es fácil, hay retos para donde quiera que uno voltee. Tenemos tanto que dar que a veces no sé si sea una bendición: una tierra maravillosa que da los mejores frutos, playas y productos del mar, bosques, ríos, una gastronomía digna de presumirse. Podría decirse que no nos falta nada, excepto porque nos falta el desarrollo que nos merecemos, pero para lograrlo hace falta algo más que buena voluntad.

Yamil Melgar, como él mismo lo dijo, se preparó para esto. Tiene las tablas, el conocimiento de los asuntos públicos, y resultados que hablan por él, pero además, ideas muy claras de cómo hacer que las cosas funcionen mejor, porque no es sólo pensar en el qué, lo más importante es el cómo y en los primeros minutos al frente, dejó clara su forma de trabajar.

Tocó los temas cruciales, los que a los tapachultecos más nos inquietan, por ejemplo, el asunto del turismo, que sabemos que necesita especial atención y comenzó con un gran acierto, darle el espacio que merece al hacer una secretaría de Turismo, que sea independiente de la de Economía, porque ambas cosas necesitan atención prioritaria.

El desarrollo a través de las vías de comunicación, para que con la gestión oportuna contemos con las carreteras federales que hacen falta, que efectivamente podamos ser un centro logístico y de carga.

Que los ciudadanos participemos, cada uno desde nuestras trincheras, pero no sólo de palabra sino a través del Consejo Consultivo Ciudadano. Colegios, cámaras, se han quejado por décadas de no ser tomados en cuenta a pesar de ser los expertos en sus áreas, pues bien, llegó la hora de sumar.

Yamil dejó en claro que hay cosas que van a cambiar, pero no arbitrariamente, sino en el entendido de que se necesita un ayuntamiento más eficiente, en donde esté la gente que en realidad tenga la vocación de servir y de dar soluciones. Le entró de lleno hasta a los temas más complejos como es el caso del relleno sanitario o del Coapatap, que sabemos tiene muchos pendientes por resolver, dentro y fuera del organismo; y que urge sí el saneamiento de las plantas y pozos, pero también de cómo funcionan ahí las cosas.

Habló de digitalización, conectividad, lo que deja ver una visión de futuro, en la que se dará a conocer sí la gran cultura que tenemos, nuestras raíces, la chiapanequidad, pero también la modernización de procesos que permitan una mayor transparencia y rendición de cuentas.

La restauración del tejido social es urgente, porque no va a haber policías que alcancen si no se cuida a la juventud, a la niñez, si no hay espacios dignos de esparcimiento, y esa es la apuesta de Yamil Melgar, más allá de las estrategias de seguridad, está la prevención, el que haya parques públicos limpios, iluminados, vigilados, en donde se reúnan las familias, en donde los jóvenes practiquen algún deporte, en donde los niños jueguen.

En fin. No alcanza este espacio para todo lo que mencionó, y no sé a usted, amable lector, pero a mí me agradó lo que escuché, y sobre todo lo que vi, un ser humano comprometido, dispuesto, emocionado, con muchas ganas y disposición para que las cosas salgan bien. No como quien tiene todas las respuestas sino como quien tiene la apertura para que todos nos sumemos, porque en la medida en que sociedad y gobierno hagamos lo que nos toca, será más fácil cumplir con los objetivos.

Sí, Yamil es mi amigo, y por supuesto que me da muchísimo gusto verlo triunfante, contento, pero más allá de eso, me llena de esperanza el saber que alguien a quien conozco como una persona que trabaja por dar buenos resultados en sus encomiendas y proyectos, ahora está al frente de este Tapachula que inicia una etapa decisiva. “No les voy a fallar, no voy a traicionar el voto de confianza que me dieron”, dijo. “Yo sé que no”, le respondo desde estas líneas. ¡Ánimo!, que esto apenas comienza.

Durante mis años de estudiante expuse varias veces, algunas veces me tocaron temas que no entendía muy bien y que memorizaba esperando que nadie se diera cuenta de las cosas que estaba diciendo; en otras ocasiones no necesitaba ni ver mis notas porque me salía natural, porque se notaba la pasión y el amor por lo que estaba haciendo; como lo que me sucede cuando me ponen un micrófono en la mano, me emociono como si fuera la primera vez y trato de dar lo mejor; otra cosa muy distinta sería si me pusieran un lápiz y una calculadora para cuadrar cuentas, tal vez lo haría por cumplir el compromiso, pero nada más.

Siempre que escucho a un político dar un discurso pienso justamente en eso, en que se nota cuando a uno le apasiona lo que está haciendo y esta vez pude ver a un Yamil Melgar emocionado, sincero, apasionado, comprometido, feliz, y creo que es el mejor comienzo que se puede tener.

Llevar las riendas de un municipio como Tapachula no es fácil, hay retos para donde quiera que uno voltee. Tenemos tanto que dar que a veces no sé si sea una bendición: una tierra maravillosa que da los mejores frutos, playas y productos del mar, bosques, ríos, una gastronomía digna de presumirse. Podría decirse que no nos falta nada, excepto porque nos falta el desarrollo que nos merecemos, pero para lograrlo hace falta algo más que buena voluntad.

Yamil Melgar, como él mismo lo dijo, se preparó para esto. Tiene las tablas, el conocimiento de los asuntos públicos, y resultados que hablan por él, pero además, ideas muy claras de cómo hacer que las cosas funcionen mejor, porque no es sólo pensar en el qué, lo más importante es el cómo y en los primeros minutos al frente, dejó clara su forma de trabajar.

Tocó los temas cruciales, los que a los tapachultecos más nos inquietan, por ejemplo, el asunto del turismo, que sabemos que necesita especial atención y comenzó con un gran acierto, darle el espacio que merece al hacer una secretaría de Turismo, que sea independiente de la de Economía, porque ambas cosas necesitan atención prioritaria.

El desarrollo a través de las vías de comunicación, para que con la gestión oportuna contemos con las carreteras federales que hacen falta, que efectivamente podamos ser un centro logístico y de carga.

Que los ciudadanos participemos, cada uno desde nuestras trincheras, pero no sólo de palabra sino a través del Consejo Consultivo Ciudadano. Colegios, cámaras, se han quejado por décadas de no ser tomados en cuenta a pesar de ser los expertos en sus áreas, pues bien, llegó la hora de sumar.

Yamil dejó en claro que hay cosas que van a cambiar, pero no arbitrariamente, sino en el entendido de que se necesita un ayuntamiento más eficiente, en donde esté la gente que en realidad tenga la vocación de servir y de dar soluciones. Le entró de lleno hasta a los temas más complejos como es el caso del relleno sanitario o del Coapatap, que sabemos tiene muchos pendientes por resolver, dentro y fuera del organismo; y que urge sí el saneamiento de las plantas y pozos, pero también de cómo funcionan ahí las cosas.

Habló de digitalización, conectividad, lo que deja ver una visión de futuro, en la que se dará a conocer sí la gran cultura que tenemos, nuestras raíces, la chiapanequidad, pero también la modernización de procesos que permitan una mayor transparencia y rendición de cuentas.

La restauración del tejido social es urgente, porque no va a haber policías que alcancen si no se cuida a la juventud, a la niñez, si no hay espacios dignos de esparcimiento, y esa es la apuesta de Yamil Melgar, más allá de las estrategias de seguridad, está la prevención, el que haya parques públicos limpios, iluminados, vigilados, en donde se reúnan las familias, en donde los jóvenes practiquen algún deporte, en donde los niños jueguen.

En fin. No alcanza este espacio para todo lo que mencionó, y no sé a usted, amable lector, pero a mí me agradó lo que escuché, y sobre todo lo que vi, un ser humano comprometido, dispuesto, emocionado, con muchas ganas y disposición para que las cosas salgan bien. No como quien tiene todas las respuestas sino como quien tiene la apertura para que todos nos sumemos, porque en la medida en que sociedad y gobierno hagamos lo que nos toca, será más fácil cumplir con los objetivos.

Sí, Yamil es mi amigo, y por supuesto que me da muchísimo gusto verlo triunfante, contento, pero más allá de eso, me llena de esperanza el saber que alguien a quien conozco como una persona que trabaja por dar buenos resultados en sus encomiendas y proyectos, ahora está al frente de este Tapachula que inicia una etapa decisiva. “No les voy a fallar, no voy a traicionar el voto de confianza que me dieron”, dijo. “Yo sé que no”, le respondo desde estas líneas. ¡Ánimo!, que esto apenas comienza.