Lo que pasa en la casa de nuestro vecino de alguna forma nos afecta a nosotros, para bien y para mal. Puede ser que sea súper escandaloso y no nos deje dormir, o que como siempre está en casa, amablemente reciba nuestros paquetes. Pues lo mismo pasa con los países. El ser vecinos de Estados Unidos tiene sus dos caras de la moneda, claro, y ahora que regresará Donald Trump al poder probablemente muchas cosas se modifiquen en la relación de este país con México. No parecerían, en primera instancia, las mejores noticias, pero puede haber cosas muy buenas, sobre todo para Chiapas.
El gobernador electo, Eduardo Ramírez, que en todo está, como debe de ser, en ocasiones anteriores ya se ha pronunciado respecto de este nuestro vecino y del posible triunfo, hoy realidad, de los republicanos. Justo mencionaba la necesidad de implementar nuestras propias estrategias de comercio para reactivar la economía, y adivine a quién tiene en el pensamiento, pues a nuestro querido Tapachula; un hombre con visión, sin duda.
Ya sabemos que por acá pasan muchos y cada vez más migrantes, pero no sólo somos eso, no somos un pasillo para recorrer, somos, como bien lo dijo el Jaguar Negro, “un horizonte de oportunidades” y se podría detonar este espacio como el “polo de desarrollo industrial de la Frontera Sur de México”.
La ubicación de nuestro municipio es estratégica. Hay conexión marítima, aérea, carretera, y férrea (próximamente mejorada), sin contar la bondad de su tierra y el compromiso (cuando queremos) de su gente. Es decir, tenemos las condiciones idóneas para recibir nuevas inversiones extranjeras y nacionales.
¿Qué tendría que hacer el gobierno? El gobernador electo lo sabe, generar estímulos fiscales, buscar la exención de impuestos federales, estatales y municipales; brindar servicios de espacio, energía, agua y gas, y una larga lista de pendientes, pero con eso se puede empezar. Todo, claro, con el objetivo de que haya un verdadero desarrollo en la zona, cuidando nuestros recursos naturales, a nuestra gente, desde la perspectiva humanista que manejará el gobierno de Eduardo Ramírez.
Es una gran oportunidad para que todos volteen a ver al Sur, sobre todo a Tapachula. No como un lugar de problemas sino como un espacio de oportunidades y desarrollo. Será un reto, pero seguro estoy de que si gobierno, sociedad, iniciativa privada y todos los que me falten, se unen, no habrá quien nos pare. ¿O qué cree usted?
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