/ miércoles 13 de noviembre de 2024

Carrereando la Chuleta / Trabajo en equipo

Las formas en la política han cambiado y creo que para bien. Los tiempos en los que el presidente municipal se preocupaba más por la guayabera que iba a usar o el discurso que iba a dar lleno de palabras rebuscadas pero sin acciones concretas, han quedado atrás, espero que no en el olvido, para que no permitamos que se repita.

Para las grandes obras es fundamental contar con un líder en toda la extensión de la palabra, que inspire confianza, sensato, eficiente, que no lo sea sólo porque aparece en todas las fotos, o por necedad, sino que, como esos que vemos en las empresas, su objetivo primordial sea dar resultados, con los mejores estándares; allá, si no cumplen los invitan a irse.

Cuando hay un verdadero líder, todos aportan, participan, los planes están bien estructurados, con objetivos definidos, para así caminar juntos buscando el beneficio de la gente. El ideal a alcanzar es que se llegue a las metas unidos por los logros compartidos.

Yamil Melgar es de ese tipo de líderes, y aunque me consta que tiene unas guayaberas muy bonitas, su forma de vestir no le preocupa, lo sigue haciendo como siempre, a veces con unas camisas medio ochenteras que sólo él usa, pero el punto no es su guardarropa sino que sigue con los pies bien firmes, el cargo no le movió el piso, al contrario, se le ve muy natural, con el cabildo, definiendo objetivos, resultados.

No es demagogia sino resultados lo que hemos podido ver recientemente, disciplina en la administración pública, aunque a muchos al parecer no les gustó, preferían seguir como estaban.

Un buen equipo habla por sí mismo, se nota el trabajo, y en el caso del ayuntamiento de Tapachula, hay secretarios muy activos, con agendas apretadas pero con ganas de servir, autónomos en sus decisiones porque saben que lo primordial es el bien común. Lejos han quedado los todólogos que se dedicaban a declarar en nombre de todo mundo.

Las finanzas, la disciplina administrativa, requiere de horas de trabajo, incluso en la madrugada. Por eso desde este espacio felicito a los distintos secretarios del ayuntamiento, que están desempeñando el trabajo que les fue conferido de la mejor manera; aportando ideas, atendiendo denuncias públicas, solucionando problemas, y claro que es su obligación, pero un reconocimiento al esfuerzo siempre levanta los ánimos y dan ganas de seguir avanzando.

Ya hay logros, son visibles, acciones que están marcando la diferencia. Sí, en Tapachula se está trabajando, le pese a quien le pese.

Las formas en la política han cambiado y creo que para bien. Los tiempos en los que el presidente municipal se preocupaba más por la guayabera que iba a usar o el discurso que iba a dar lleno de palabras rebuscadas pero sin acciones concretas, han quedado atrás, espero que no en el olvido, para que no permitamos que se repita.

Para las grandes obras es fundamental contar con un líder en toda la extensión de la palabra, que inspire confianza, sensato, eficiente, que no lo sea sólo porque aparece en todas las fotos, o por necedad, sino que, como esos que vemos en las empresas, su objetivo primordial sea dar resultados, con los mejores estándares; allá, si no cumplen los invitan a irse.

Cuando hay un verdadero líder, todos aportan, participan, los planes están bien estructurados, con objetivos definidos, para así caminar juntos buscando el beneficio de la gente. El ideal a alcanzar es que se llegue a las metas unidos por los logros compartidos.

Yamil Melgar es de ese tipo de líderes, y aunque me consta que tiene unas guayaberas muy bonitas, su forma de vestir no le preocupa, lo sigue haciendo como siempre, a veces con unas camisas medio ochenteras que sólo él usa, pero el punto no es su guardarropa sino que sigue con los pies bien firmes, el cargo no le movió el piso, al contrario, se le ve muy natural, con el cabildo, definiendo objetivos, resultados.

No es demagogia sino resultados lo que hemos podido ver recientemente, disciplina en la administración pública, aunque a muchos al parecer no les gustó, preferían seguir como estaban.

Un buen equipo habla por sí mismo, se nota el trabajo, y en el caso del ayuntamiento de Tapachula, hay secretarios muy activos, con agendas apretadas pero con ganas de servir, autónomos en sus decisiones porque saben que lo primordial es el bien común. Lejos han quedado los todólogos que se dedicaban a declarar en nombre de todo mundo.

Las finanzas, la disciplina administrativa, requiere de horas de trabajo, incluso en la madrugada. Por eso desde este espacio felicito a los distintos secretarios del ayuntamiento, que están desempeñando el trabajo que les fue conferido de la mejor manera; aportando ideas, atendiendo denuncias públicas, solucionando problemas, y claro que es su obligación, pero un reconocimiento al esfuerzo siempre levanta los ánimos y dan ganas de seguir avanzando.

Ya hay logros, son visibles, acciones que están marcando la diferencia. Sí, en Tapachula se está trabajando, le pese a quien le pese.