/ martes 14 de noviembre de 2023

Paradigmas | ¿Un Otis para Chiapas?

No obstante la severidad de daños ocasionados por los huracanes “Stan” y “Mitch” en Tapachula, lo cierto es que, con los acontecimientos recientes (Huracán Otis) dos preguntas destacan de forma inmediata para el estado de Chiapas y el municipio de Tapachula ¿puede impactar un huracán categoría cinco?, ¿puede formarse en un tiempo similar a la formación de “Otis”? Desafortunadamente la respuesta en ambos casos es SÍ.

¿Qué se necesita para que se forme, de forma tan rápida, un huracán categoría cinco?, de acuerdo a los especialistas tres son la base para su formación, a) ausencia de aire seco, es decir, viento húmedo, b) cizalladura o cortante del viento baja y, c) un océano cálido. Con respecto a la primera característica, durante la temporada de lluvias y huracanes, la costa de Chiapas cuenta con vientos cargados, en exceso, de humedad. Con respecto a la cizalladura, de acuerdo a la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los Estados Unidos, un factor importante que controla la intensidad de un ciclón tropical es la cizalladura vertical baja, que es la diferencia de velocidad del viento entre la parte superior e inferior de una tormenta, cizalladuras menores a 20 kt favorecen a incrementar la intensidad del huracán. Finalmente, pero quizás el factor de mayor relevancia es la temperatura superficial del mar (TSM), temperaturas mayores a 26-27 °C favorecen la formación y el incremento de la intensidad de huracanes.

De los factores anteriores, del que existe menor información disponible para nuestra región son las cizalladuras, por lo cual comentaré más sobre la humedad del viento y la TSM. En cuanto a la humedad cabe destacar que de acuerdo al Sistema Meteorológico Nacional (SMN) los pronósticos de humedad relativa para Tapachula, entre el dos y el cinco de noviembre osciló entre el 61 y 92 %, preocupantemente alta. En lo referente a la TSM, estudios realizados en el área de Conservación de Recursos Naturales y Cambio Climático, de la Escuela de Sistemas Alimentarios, de la Universidad Autónoma de Chiapas, el promedio de la TSM para el año 2020, frente a las costas de Tapachula, fue de 29.9 °C con registro máximo de 32.59 °C, para 2023 la TSM, de acuerdo al sistema europeo COPERNICUS, entre junio y agosto osciló entre 30.0 a 32.5, por lo que es cierto decir que el océano adyacente a Chiapas y Tapachula es de temperatura muy elevada, por lo que correctamente nos ubicamos frente a lo que se conoce como la piscina o alberca cálida del pacífico Nororiental (PCPNO), de la cual ya comenté en contribución pasada.

Entonces la pregunta es, ¿la probabilidad de que en la PCPNO, y que pueda tocar tierra en nuestro estado, se forme un huracán de alta intensidad (categoría 3-5) y en corto tiempo, como sucedió con OTIS, es alta?, la respuesta, desafortunadamente es SÍ. Si bien las trayectorias de los huracanes pueden predecirse con un grado de confianza alto, la preocupante es que si se desarrolla rápidamente (OTIS pasó de tormenta tropical a huracán categoría 5 en solo 12 horas), se tenga la capacidad e infraestructura suficiente para reducir en lo posible los daños, pero sobre todo prevenir al máximo los decesos.

Indiscutiblemente los tapachultecos estamos en una zona de huracanes, donde además la probabilidad de intensificación rápida es alta, por lo que es indispensable contar con un sistema eficiente de alertamiento temprano y de infraestructura de comunicación óptima (caminos, carreteras y transporte) que permita que la población pueda buscar refugio de forma oportuna, ya que los especialistas de todos los sistemas de observación y predicción climática del mundo concuerdan que huracanes como OTIS, serán cada vez más frecuentes. Es urgente que las autoridades estatales, pero sobre todos las municipales, se capaciten y equipen correctamente para la atención oportuna y pronta ante estos fenómenos meteorológicos, es por la seguridad de todos los chiapanecos y tapachultecos.

vicente.castro@unach.mx

No obstante la severidad de daños ocasionados por los huracanes “Stan” y “Mitch” en Tapachula, lo cierto es que, con los acontecimientos recientes (Huracán Otis) dos preguntas destacan de forma inmediata para el estado de Chiapas y el municipio de Tapachula ¿puede impactar un huracán categoría cinco?, ¿puede formarse en un tiempo similar a la formación de “Otis”? Desafortunadamente la respuesta en ambos casos es SÍ.

¿Qué se necesita para que se forme, de forma tan rápida, un huracán categoría cinco?, de acuerdo a los especialistas tres son la base para su formación, a) ausencia de aire seco, es decir, viento húmedo, b) cizalladura o cortante del viento baja y, c) un océano cálido. Con respecto a la primera característica, durante la temporada de lluvias y huracanes, la costa de Chiapas cuenta con vientos cargados, en exceso, de humedad. Con respecto a la cizalladura, de acuerdo a la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los Estados Unidos, un factor importante que controla la intensidad de un ciclón tropical es la cizalladura vertical baja, que es la diferencia de velocidad del viento entre la parte superior e inferior de una tormenta, cizalladuras menores a 20 kt favorecen a incrementar la intensidad del huracán. Finalmente, pero quizás el factor de mayor relevancia es la temperatura superficial del mar (TSM), temperaturas mayores a 26-27 °C favorecen la formación y el incremento de la intensidad de huracanes.

De los factores anteriores, del que existe menor información disponible para nuestra región son las cizalladuras, por lo cual comentaré más sobre la humedad del viento y la TSM. En cuanto a la humedad cabe destacar que de acuerdo al Sistema Meteorológico Nacional (SMN) los pronósticos de humedad relativa para Tapachula, entre el dos y el cinco de noviembre osciló entre el 61 y 92 %, preocupantemente alta. En lo referente a la TSM, estudios realizados en el área de Conservación de Recursos Naturales y Cambio Climático, de la Escuela de Sistemas Alimentarios, de la Universidad Autónoma de Chiapas, el promedio de la TSM para el año 2020, frente a las costas de Tapachula, fue de 29.9 °C con registro máximo de 32.59 °C, para 2023 la TSM, de acuerdo al sistema europeo COPERNICUS, entre junio y agosto osciló entre 30.0 a 32.5, por lo que es cierto decir que el océano adyacente a Chiapas y Tapachula es de temperatura muy elevada, por lo que correctamente nos ubicamos frente a lo que se conoce como la piscina o alberca cálida del pacífico Nororiental (PCPNO), de la cual ya comenté en contribución pasada.

Entonces la pregunta es, ¿la probabilidad de que en la PCPNO, y que pueda tocar tierra en nuestro estado, se forme un huracán de alta intensidad (categoría 3-5) y en corto tiempo, como sucedió con OTIS, es alta?, la respuesta, desafortunadamente es SÍ. Si bien las trayectorias de los huracanes pueden predecirse con un grado de confianza alto, la preocupante es que si se desarrolla rápidamente (OTIS pasó de tormenta tropical a huracán categoría 5 en solo 12 horas), se tenga la capacidad e infraestructura suficiente para reducir en lo posible los daños, pero sobre todo prevenir al máximo los decesos.

Indiscutiblemente los tapachultecos estamos en una zona de huracanes, donde además la probabilidad de intensificación rápida es alta, por lo que es indispensable contar con un sistema eficiente de alertamiento temprano y de infraestructura de comunicación óptima (caminos, carreteras y transporte) que permita que la población pueda buscar refugio de forma oportuna, ya que los especialistas de todos los sistemas de observación y predicción climática del mundo concuerdan que huracanes como OTIS, serán cada vez más frecuentes. Es urgente que las autoridades estatales, pero sobre todos las municipales, se capaciten y equipen correctamente para la atención oportuna y pronta ante estos fenómenos meteorológicos, es por la seguridad de todos los chiapanecos y tapachultecos.

vicente.castro@unach.mx