/ jueves 4 de julio de 2024

De Metzabok a Chaac: 10 deidades del agua en la mitología prehispánica

Las culturas prehispánicas de México honraban al agua a través de deidades poderosas. Conoce a diez de ellas y su relevancia histórica


Las deidades han sido fundamentales en la historia y cultura de las civilizaciones humanas. Una deidad es una figura sagrada, venerada y considerada como un ser sobrenatural con poderes divinos. Estas figuras han representado diversas fuerzas de la naturaleza, aspectos de la vida humana y conceptos abstractos en diferentes culturas alrededor del mundo. En las civilizaciones prehispánicas de México, las deidades desempeñaron un papel crucial en la cosmovisión y las prácticas religiosas. Estas culturas, a través de rituales y ceremonias, honraban a sus dioses para asegurar la prosperidad, la protección y el equilibrio en sus comunidades.

La relación con la naturaleza y sus elementos era especialmente sagrada para los pueblos prehispánicos. Entre estos elementos, el agua tenía una importancia suprema debido a su asociación con la vida, la fertilidad y la abundancia. Los pueblos indígenas de México, herederos de las tradiciones ancestrales, mantienen hasta hoy en día un vínculo profundo con el agua. A través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), se ha documentado esta relación en el libro “Agua en la cosmovisión de los pueblos indígenas de México”, que ofrece un testimonio valioso sobre cómo estas culturas veneraban y se relacionaban con este recurso vital.

Los dioses prehispánicos del agua

Desde tiempos ancestrales, el agua es considerada como un preciado recurso, íntimamente relacionado con la vida y la abundancia de alimento. A continuación, te presentamos 10 deidades prehispánicas relacionadas con el agua que debes conocer:

Chalchiuhtlicue, ‘La que tiene su falda de jade’: Para los mexicas, fue la diosa de los lagos y corrientes de agua. Chalchiuhtlicue también fue considerada la más importante protectora de la navegación costera en el México antiguo.

Chalchiuhtlicue/ Foto: Gobierno de México

Chaac: Deidad maya asociada al agua y la lluvia. Era invocado para obtener abundancia en las cosechas y moraba en cuevas y cenotes, considerados portales a Xibalbá (inframundo maya). Se le caracteriza por su larga trompa y una hacha con la que provocaba los truenos en el cielo.

Chaac / Foto: Gobierno de México

Tláloc, ‘Néctar de la tierra’: Para los antiguos mexicas, él era el encargado de las lluvias y se realizaban diversas ceremonias para honrarlo. Fray Bernardino de Sahagún y Alfredo Chavero lo describen como el dios del rayo, de la lluvia y de los terremotos.

Tlaloc /Foto: Cortesía / Gobierno de México

Metzabok: "Dios hacedor de truenos y de la lluvia". Esta deidad lacandona, conocida anteriormente como Men-Sabak (el hacedor de hollín), era vital para los lacandones. Sus ayudantes regaban hollín sobre las nubes, dándoles su color negro antes de llover.

Metzaboc / Foto: Instagram / Rabeliechtli

Pitao Cocijo: Divinidad zapoteca de la lluvia y la tormenta. Comparable a Chaac de los mayas y a Tláloc mexica, a veces aparece con una vasija entre las manos y una máscara con colmillos y lengua bífida.

Te puede interesar: La leyenda del Sumidero, batalla donde los chiapanecas lucharon valientemente

Pitao Cocijo/ Foto: Cortesía / Gobierno de México

Dzahui: Dios mixteca de la lluvia y su principal patrono. La civilización mixteca se consideraba el "ñuu dzavui" (pueblo de la lluvia) y creían que Dzahui los protegía. Sin embargo, fue petrificado cuando el Sol (Ndicahndíí) apareció en el firmamento.

Dzahui / Foto: Cortesía / Gobierno de México

Amimitl, “Dardo de agua”: Dios mexica de lagos y pescadores que calmaba las tempestades. Era adorado en Cuitláhuac, una isla en el lago de Chalco.

Amimitl / Foto: Gobierno de México

Huracán, “Una pierna”: Uno de los dioses fundadores de la vida para los mayas. Dios de las tormentas, del viento y del fuego, representado con forma humana, cola de serpiente y rasgos de reptil. Él provocó el Gran Diluvio maya que destruyó lo construido por los primeros hombres.

Huracán / Foto: Cortesía / Gobierno de México

Yuku: Dios de la lluvia para los yaquis. Según la leyenda, dejó sin agua a los ocho pueblos principales. Tras varios intentos fallidos, el sapo Bobok, con alas de murciélago, engañó a Yuku para que dejara caer la lluvia sobre la tierra.

Cuerauáperi o Nana Kuerajperi, “Nuestra abuela”: Para los purépechas, es la diosa que crea al hombre y todas las cosas. Ella manda las nubes y las lluvias para que crezca el maíz, pero si se enoja, envía hambrunas y marca el fin de la existencia.

Cuerauaperi o Nana-Kuerajperi / Foto: Cortesía / neomexicanismos


Las deidades han sido fundamentales en la historia y cultura de las civilizaciones humanas. Una deidad es una figura sagrada, venerada y considerada como un ser sobrenatural con poderes divinos. Estas figuras han representado diversas fuerzas de la naturaleza, aspectos de la vida humana y conceptos abstractos en diferentes culturas alrededor del mundo. En las civilizaciones prehispánicas de México, las deidades desempeñaron un papel crucial en la cosmovisión y las prácticas religiosas. Estas culturas, a través de rituales y ceremonias, honraban a sus dioses para asegurar la prosperidad, la protección y el equilibrio en sus comunidades.

La relación con la naturaleza y sus elementos era especialmente sagrada para los pueblos prehispánicos. Entre estos elementos, el agua tenía una importancia suprema debido a su asociación con la vida, la fertilidad y la abundancia. Los pueblos indígenas de México, herederos de las tradiciones ancestrales, mantienen hasta hoy en día un vínculo profundo con el agua. A través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), se ha documentado esta relación en el libro “Agua en la cosmovisión de los pueblos indígenas de México”, que ofrece un testimonio valioso sobre cómo estas culturas veneraban y se relacionaban con este recurso vital.

Los dioses prehispánicos del agua

Desde tiempos ancestrales, el agua es considerada como un preciado recurso, íntimamente relacionado con la vida y la abundancia de alimento. A continuación, te presentamos 10 deidades prehispánicas relacionadas con el agua que debes conocer:

Chalchiuhtlicue, ‘La que tiene su falda de jade’: Para los mexicas, fue la diosa de los lagos y corrientes de agua. Chalchiuhtlicue también fue considerada la más importante protectora de la navegación costera en el México antiguo.

Chalchiuhtlicue/ Foto: Gobierno de México

Chaac: Deidad maya asociada al agua y la lluvia. Era invocado para obtener abundancia en las cosechas y moraba en cuevas y cenotes, considerados portales a Xibalbá (inframundo maya). Se le caracteriza por su larga trompa y una hacha con la que provocaba los truenos en el cielo.

Chaac / Foto: Gobierno de México

Tláloc, ‘Néctar de la tierra’: Para los antiguos mexicas, él era el encargado de las lluvias y se realizaban diversas ceremonias para honrarlo. Fray Bernardino de Sahagún y Alfredo Chavero lo describen como el dios del rayo, de la lluvia y de los terremotos.

Tlaloc /Foto: Cortesía / Gobierno de México

Metzabok: "Dios hacedor de truenos y de la lluvia". Esta deidad lacandona, conocida anteriormente como Men-Sabak (el hacedor de hollín), era vital para los lacandones. Sus ayudantes regaban hollín sobre las nubes, dándoles su color negro antes de llover.

Metzaboc / Foto: Instagram / Rabeliechtli

Pitao Cocijo: Divinidad zapoteca de la lluvia y la tormenta. Comparable a Chaac de los mayas y a Tláloc mexica, a veces aparece con una vasija entre las manos y una máscara con colmillos y lengua bífida.

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Pitao Cocijo/ Foto: Cortesía / Gobierno de México

Dzahui: Dios mixteca de la lluvia y su principal patrono. La civilización mixteca se consideraba el "ñuu dzavui" (pueblo de la lluvia) y creían que Dzahui los protegía. Sin embargo, fue petrificado cuando el Sol (Ndicahndíí) apareció en el firmamento.

Dzahui / Foto: Cortesía / Gobierno de México

Amimitl, “Dardo de agua”: Dios mexica de lagos y pescadores que calmaba las tempestades. Era adorado en Cuitláhuac, una isla en el lago de Chalco.

Amimitl / Foto: Gobierno de México

Huracán, “Una pierna”: Uno de los dioses fundadores de la vida para los mayas. Dios de las tormentas, del viento y del fuego, representado con forma humana, cola de serpiente y rasgos de reptil. Él provocó el Gran Diluvio maya que destruyó lo construido por los primeros hombres.

Huracán / Foto: Cortesía / Gobierno de México

Yuku: Dios de la lluvia para los yaquis. Según la leyenda, dejó sin agua a los ocho pueblos principales. Tras varios intentos fallidos, el sapo Bobok, con alas de murciélago, engañó a Yuku para que dejara caer la lluvia sobre la tierra.

Cuerauáperi o Nana Kuerajperi, “Nuestra abuela”: Para los purépechas, es la diosa que crea al hombre y todas las cosas. Ella manda las nubes y las lluvias para que crezca el maíz, pero si se enoja, envía hambrunas y marca el fin de la existencia.

Cuerauaperi o Nana-Kuerajperi / Foto: Cortesía / neomexicanismos

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