El deporte del beisbol en Tapachula en la década de los 60’s y 70’s era fuerte y competitivo, ahora solo cuenta con cincos equipos en la rama varonil y máximo cuatro en softbol femenil, señala el beisbolista Carlos Alfaro Nieto.
Originario de Pijijiapan, pero radicado en Tapachula desde hace más de 50 años, recuerda con nostalgia los años cuando la liga de beisbol de este municipio era fuerte y competitiva, con equipos que participaban en torneos estatales y regionales.
Con tristeza, relata cómo la falta de patrocinadores y el alto costo del deporte han erosionado esa grandeza. "Aquí lo sostenemos los mismos jugadores, colaborando con un dinerito para comprar los uniformes, las pelotas y todos los arreos que necesitamos. No tenemos ningún apoyo de ninguna institución deportiva", comenta.
Relata que en sus años dorados, la liga regional incluía equipos del Soconusco, Bonanza y Huixtla, además, de seis equipos en la cabecera municipal; sin embargo, ahora solo cuentan con cinco equipos de beisbol y tres o cuatro de softball femenil.
A pesar de estos desafíos, destaca el esfuerzo de mantener la cancha en óptimas condiciones, principalmente a través de las contribuciones de los jugadores y la venta de bebidas.
"No hay pago de cuota, no hay nada. Ya estando aquí se le dice cómo le hacemos para pagar nuestro mantenimiento y todo. Este es un deporte de respeto", concluye el beisbolista quien enfatiza la importancia del respeto y la caballerosidad en el campo.
Luchan porque el béisbol no caiga en el olvido
El mánager del equipo Tiburones de Puerto Madero, Alejandro Concha Valdés, resalta que junto con otros compañeros luchan para que este deporte no caiga en el olvido.
Dedicado por más de 45 años al deporte de la pelota caliente, manifiesta que a pesar de los desafíos se mantiene firme en su amor por el beisbol y su compromiso de no dejar que el deporte caiga en el olvido.
"Llevo como 45, 46 años jugando. Afortunadamente el nivel ha mejorado un poquito. Con la llegada de migrantes vienen peloteros que juegan muy bien y por ende, se eleva el nivel de juego", menciona Concha Valdés.
Sin embargo, el mánager lamenta la falta de un semillero que vaya formando a los nuevos valores y figuras del beisbol. Así también el alto costo del deporte representa un obstáculo para su crecimiento.
Dice que a pesar de la reducción de equipos y la falta de apoyo de las autoridades, él y otros entusiastas del beisbol han mantenido el campo y su diamante en funcionamiento, cubriendo a menudo los costos de su propio bolsillo.
"La clave para que el beisbol no muera es tener un semillero, una escuela, para fomentar el deporte para la niñez", reiterando la importancia de formar a las nuevas generaciones en este deporte.
Antes había una liga infantil de beisbol
Jorge Ramos, Chief de los Ampayers y secretario de la mesa directiva, recuerda con cariño la época dorada del beisbol en Tapachula. Desde los años 60’s y 70’s ha visto cómo la liga se transformaba y enfrentaba desafíos.
"Hubo una liga infantil que se jugaba todos los sábados, de la cual surgieron muchos jugadores. Uno de los equipos que se formó se llamó Cafeteros", rememora el experimentado árbitro.
Explica que a lo largo de los años, la falta de apoyo y la disminución de equipos han hecho que la liga dependa cada vez más de la dedicación de unos pocos veteranos. Destacando la importancia de establecer una escuela de semilleros para revitalizar el deporte, aunque admite que la falta de recursos y tiempo ha sido un obstáculo significativo.
"En Tapachula solo tenemos este campo. Podemos tener seis u ocho equipos, pero no tenemos otro campo para jugar cuando está ocupado", subrayando la necesidad de más infraestructura y apoyo.
Escuelita de beisbol: esperanza de mantener vivo el deporte
El jugador Pedro Antonio Escobar Cruz expresa que a pesar de la falta de conocimiento y aprecio por el llamado “rey de los deportes”, él ha entrenado niños en una escuelita de beisbol con la esperanza de que ellos mantengan vivo el deporte, por lo que actualmente, alrededor de 16 lo practican regularmente.
"Pienso que nosotros, los que estamos aquí, somos los que vamos a mantener vivo el deporte. Aunque se estaba acabando, vamos a hacer que reviva", afirma Escobar Cruz con determinación.
Cuenta que su travesía por el béisbol, lo ha llevado a jugar en varios lugares. Ahora hay un nivel estándar, pero antes era muy alto con peloteros de República Dominicana y de Cuba que jugaban en la liga.
Escobar Cruz es un jugador que ha experimentado la evolución de este deporte en Tapachula. Con una trayectoria que incluye jugar en Yucatán, Campeche, Guatemala y actualmente en Tapachula, por lo que lamenta que el nivel del deporte sea fluctuante hoy en día.
El béisbol en Tapachula enfrenta un futuro incierto. Sin el apoyo de las autoridades y con recursos limitados, el deporte depende de la pasión y el compromiso de sus jugadores veteranos y de la esperanza en las nuevas generaciones.
A medida que los desafíos continúan, éstos entusiastas de la “pelota caliente” se esfuerzan por mantener viva una tradición deportiva que ha traído alegría y camaradería a la comunidad y se niega a sucumbir.