La falta de campos, recursos y promoción amenazan la supervivencia del sóftbol femenil en Tapachula, donde apenas tres equipos luchan por mantener viva la tradición deportiva.
En una cancha que comparte espacio con el béisbol y frecuentemente queda inutilizable por la lluvia, un grupo de mujeres resiste para evitar que el sóftbol femenil desaparezca en la región. Este deporte, que años atrás convocaba a más de siete equipos, hoy sobrevive con apenas tres.
La problemática principal es la falta de espacios adecuados. Yolanda García Altamirano, primera base, explica:
“Nuestro campo original quedó en mal estado tras la pandemia. Aunque intentamos recuperarlo, ahora lo utilizan para fútbol infantil. Nos dijeron que solo podemos usarlo los viernes, lo cual nos parece injusto. Aquí, en el campo de béisbol, apenas podemos jugar cuando no hay otros partidos”, expresó la jugadora.
Según Rosa Canales, capitana del equipo New Level, la falta de apoyo institucional es otro obstáculo. “No hay promoción ni en escuelas ni en universidades. Esto ha reducido el interés de las mujeres, y los pocos equipos que quedamos no somos prioridad para la liga”.
A pesar de las adversidades, las jugadoras buscan alternativas para mantener vivo el deporte. Han integrado a niños y juveniles para completar los equipos y motivan a nuevas participantes con entrenamientos gratuitos.
“Traemos implementos como guantes, pelotas y bates. Sólo necesitan ropa deportiva para empezar. Queremos demostrar que no importa la edad ni la experiencia; todos son bienvenidos”, añade Rosa.
Además, la falta de infraestructura se traduce en desafíos logísticos. Rosa relata cómo a menudo deben esperar a que terminen los partidos de béisbol para usar el campo: “Cuando la lluvia llega, el campo se inunda y ya no podemos jugar”.
La jugadora Yolanda García lamenta el impacto de estas barreras en el interés por el sóftbol y externa, “antes éramos siete equipos, pero ahora solo quedamos tres. Muchas mujeres prefieren otros deportes porque los hombres nos han dejado a un lado. Sin apoyo, esto podría extinguirse”.
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Por su parte, Rosa Canales insiste en la importancia de recuperar su campo original. “Este deporte es más que un juego; es una comunidad. Necesitamos un espacio donde podamos crecer y atraer más equipos. Si nos regresan nuestro campo, podremos expandirnos y fomentar esta actividad que tanto amamos”, indica.
El futuro del sóftbol femenil en Tapachula pende de un hilo. Las jugadoras, comprometidas con la disciplina, piden a las autoridades y a la comunidad apoyo para recuperar su campo y promover la práctica entre las nuevas generaciones. Su meta es que este deporte no desaparezca y siga siendo un espacio de inclusión, desarrollo y convivencia.
SIN APOYOS
1. El softbol femenil no cuenta con un campo exclusivo de práctica el que tenían se otorgó a futbol
2. Practican en el campo de béisbol pero deben esperar que acaben los varones y si llueve se inunda
3. Jugadoras comprometidas, piden a autoridades y comunidad apoyo para recuperar su campo