La fiesta de Nuestra Señora de los Dolores, celebrada el 15 de septiembre, conmemora la profunda unión entre María, la Madre del Redentor, y Jesús, quien sufrió en la Pasión y Muerte. Esta festividad honra los numerosos sufrimientos que María experimentó a lo largo de la vida de su Hijo, desde su nacimiento hasta la Cruz.
Desde los primeros años de vida de Jesús, María enfrentó grandes dolores y ansiedades propias de la maternidad. Según la profecía de Simeón, ella supo que una espada atravesaría su alma. Además, la Sagrada Familia tuvo que huir a Egipto para salvar a Jesús del Rey Herodes. Más tarde, cuando Jesús tenía 12 años, María y San José sufrieron al perderlo durante tres días en el Templo. La oposición a Jesús durante su ministerio público también causó gran dolor a María, culminando en el sufrimiento de la Cruz.
El título de “Nuestra Señora de los Dolores” honra estos sufrimientos, vinculando la festividad con la Exaltación de la Santa Cruz. Esta celebración es un acto de gloria a Dios por la obra salvífica realizada a través de María, la creatura más perfecta.
Para María, la unión materna con su Hijo es perfecta en el Cielo, pero su amor materno se extiende a la Tierra. Como Madre de Cristo, María es también Madre del Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia. San Luis de Montfort destacó que “ni todo el amor de todas las madres alcanzaría a equiparar el amor del corazón de María por sus hijos”. Esto indica que, aún hoy, María sufre por nosotros y está disponible para consuelo en tiempos de alegría y sufrimiento.
Símbolo de la espada en el corazón de María
La representación de María con una espada en su corazón simboliza los dolores que experimentó por la misión redentora de Jesús. Los siete dolores específicos de María, conocidos como los "Siete Dolores de María", incluyen:
- La profecía de Simeón (Lc 2,25-35).
- La huida a Egipto (Mt 2,13-15).
- La pérdida de Jesús durante tres días (Lc 2,41-50).
- El encuentro con Jesús en el camino al Calvario (Lc 23,27-31; Jn 19,17).
- La Crucifixión y Muerte de Jesús (Jn 19,25-30).
- El cuerpo de Jesús bajado de la Cruz (Sal 130; Lc 23,50-54; Jn 19,31-37).
- La sepultura de Jesús (Is 53,8; Lc 23,50-56; Jn 19,38-42; Mc 15,40-47).
La coronilla de los siete Dolores
La Coronilla de los Siete Dolores, también conocida como el Rosario Servita, consiste en siete grupos de siete cuentas separados por medallas que representan estos dolores. La devoción fue promovida por la Orden de los Servitas en el siglo XIV durante la peste negra y, más tarde, recomendada en la década de 1980 durante el genocidio de Ruanda por Nuestra Señora de Kibeho.
Promesas asociadas a la devoción
San Alfonso de Ligorio, en su libro *Las Glorias de María*, describe cuatro promesas para quienes mediten sobre los Siete Dolores:
- Arrepentimiento de pecados: Los devotos obtendrán el arrepentimiento de todos sus pecados antes de su muerte.
- Protección en tribulaciones: Dios los protegerá en sus tribulaciones, especialmente en la hora de la muerte.
- Memoria de la Pasión: Serán recompensados en el cielo por recordar la Pasión de Cristo.
- Gracia de María: María intercederá por ellos y les otorgará las gracias que desee.
La fiesta de Nuestra Señora de los Dolores no solo recuerda los sufrimientos de María, sino que también nos invita a reflexionar sobre el profundo amor y sacrificio de la Madre del Salvador.