El análisis de los huesos de pájaros dodo, una especie extinguida hace más de 300 años, arrojó nuevos conocimientos sobre la vida de estas aves, según reveló un grupo de científicos de la Universidad de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, liderado por la paleontóloga Delphine Angst.
De acuerdo con el estudio publicado en la revista especializada "Scientific Reports", tras analizar 22 fósiles de dodos los investigadores pudieron determinar con mayor precisión cómo se reproducían, se desarrollaban y con qué frecuencia estos pájaros cambiaban su plumaje.
El dodo (Raphus cucullatus) era una especie de paloma grande que pesaba alrededor de 20 kilos, medía aproximadamente un metro y no podía volar. Vivía en Mauricio, una isla en el suroeste del océano Índico.
Los científicos descubrieron también que los pichones crecían muy rápidamente, de modo que los pájaros jóvenes ya estaban desarrollados y suficientemente robustos antes de que empezara el verano, la época de los ciclones en Mauricio.
Tras la llegada de los primeros navegante a la isla, el dodo sobrevivió sólo unos cien años. Se presume que desapareció entre 1662 y 1693. Los únicas crónicas que existen sobre los pájaros provienen de estos hombres de mar, que a veces los describen de color negro, otras de color marrón o como un ave sin plumas.
Si bien no existe una descripción precisa de este pájaro, algunas ilustraciones lo muestran como un gran pato con cola de plumas y un pico curvo y puntiagudo.
El dodo es considerado un claro ejemplo de un animal extinguido a manos del hombre, que se alimentó de su carne y su huevos.
Además, los navegantes introdujeron en la isla otras especies como monos, cerdos, animales de caza o ratas. El dodo, que apenas podía defenderse y además anidaba en el suelo, resultó entonces ser una presa fácil para estos nuevos enemigos.