Distintos grupos de jóvenes ucranianos se han encargado de organizar eventos y fiestas con el fin de atraer a cientos de voluntarios para limpiar los escombros y ayudar a reparar los edificios destruidos debido a los ataques de Rusia.
Los jóvenes se reúnen con los DJ en un edificio sin tejado, semi destruido que solía ser un centro cultural al norte de Kiev. La música suena en los altavoces y los jóvenes se preparan para remover los montones de escombros del edificio, y eventualmente toman un descanso para bailar.
De acuerdo con la agencia EFE, la iniciativa se llama “Reparar juntos”, y una de las responsables se llama Tetiana Burianova, quien expresó que tienen claro que este voluntariado debe de ser interesante y divertido, además de que prestar ayuda se ha convertido en una nueva manera de vivir para muchos ucranianos y es importante que los voluntarios no queden exhaustos, ya que el trabajo por hacer es bastante.
"Estamos seguros de que la vida y la unidad vencerán a la muerte y la destrucción. Sabemos que son las sonrisas y no las lágrimas las que ayudan a nuestra productividad", dijeron los organizadores de esta iniciativa en su cuenta de Instagram.
Cientos de jóvenes ucranianos y extranjeros de la capital ucraniana y de otras ciudades abordan a los autobuses que los llevan a la región de Chernihiv, y cada sábado van equipados con tiendas y bolsas de dormir. Tienen pinta de que van de excursión, ya que esa parte del país es conocida por sus numerosos ríos y lagos.
Pero los grupos de jóvenes son voluntarios para retirar escombros y reconstruir las casas destruidas en los pueblos cercanos, como en Yahidne, donde casi 400 de sus habitantes fueron encerrados por los rusos durante un mes, mientras los soldados robaban y destruían sus hogares.
La líder de este proyecto afirmó que todos los organizadores no estaban seguros antes del primer rave para limpiar, ya que no sabían cómo reaccionarían los lugareños, aunque sí de que el ambiente de amor y apoyo mutuo es mucho más valioso para los que sobrevivieron la ocupación que las palabras.
El resultado de este proyecto fue un éxito y una veintena de hombres e incluso niños se unieron a los jóvenes en los trabajos, y fueron otros tantos los que participaron en actividades después del trabajo, con monólogos y conciertos.
Uno de los voluntarios del proyecto, Yaroslav Danylchuk, de Kiev, tiene esperanza de que la presencia de tantos jóvenes brinde a los habitantes el apoyo moral y una esperanza para un futuro mejor.
Tetiana subrayó que la gente los recibió de una manera muy agradable: "Cada vez que venimos al pueblo dos mujeres nos esperan con varenyky (una especialidad ucraniana semejante a las empanadas) hechos en casa".
El último campamento fue en Ivanivka, y a pesar de que fueron dos días de arduo trabajo, los voluntarios y la gente del lugar bailaban juntos con la música de la banda de folk Shchuka Ryba.
El voluntario Yaroslav, de 32 años, ha participado en varios de estos campamentos denominados Toloka, una expresión que suele usarse para describir cuando la gente se reúne para una limpieza urgente o tareas de construcción y manifestó que se enteró de las fiestas hace poco, pero insiste en que de todos modos lo más importante es el trabajo.
Los habitantes de estos sitios no pueden realizar todo este trabajo solos y muchos de ellos son a menudo mujeres mayores, algunas de las cuales perdieron a sus hijos y maridos por el terror de las tropas rusas.
Esta iniciativa elige sólo a las familias más necesitadas, y el plan es reconstruir entre 12 y 15 casas en cada una de las localidades donde se organizan los campamentos.
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