La piel, el órgano más grande del cuerpo humano, comunica lo que sucede en nuestro interior y, con el paso del tiempo, empieza a mostrar signos de envejecimiento. La aparición de arrugas, manchas, y la mayor propensión a moretones o púrpura senil son señales de que la piel se vuelve más delgada y frágil, aumentando el tiempo de cicatrización de las heridas.
Cuidar la piel en la tercera edad es fundamental, y es importante recordar que cada persona tiene características únicas. La piel puede reaccionar de manera diferente a los cuidados y productos, por lo que es crucial adaptar la rutina de cuidado a las necesidades individuales.
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Factores que aceleran el deterioro de la piel
Con la edad, la piel se vuelve más sensible debido a la pérdida de elasticidad y grosor de la epidermis, la capa externa. Este deterioro se acelera por factores como la exposición prolongada al sol, la deshidratación, hábitos nocivos como el consumo de alcohol y tabaco, y ciertas enfermedades. Estos factores pueden causar sequedad, descamación, y una textura áspera al tacto, lo que puede provocar picores y heridas que tardan en sanar.
Además, la aparición de manchas en la piel, que se intensifican con la edad, puede ser un indicador de que no se han tomado las precauciones necesarias en años anteriores.
Consejos para mantener la piel saludable en adultos mayores
El cuidado de la piel en la tercera edad se basa en estos pilares fundamentales:
1. Mantente hidratado:
La hidratación es esencial para mantener la piel sana. Beber suficiente agua es el método más natural y eficaz para evitar la sequedad. Es recomendable ingerir agua fresca y natural, evitando edulcorantes y saborizantes. Si resulta difícil alcanzar los 2 litros diarios, las infusiones y las frutas pueden ser una buena alternativa. Además, se deben utilizar jabones suaves y cremas hidratantes tras la ducha, y vivir en un ambiente húmedo, o utilizar un humidificador en climas secos.
2. Protege tu piel del Sol:
La exposición al sol tiene un efecto acumulativo, y con la edad, aumenta el riesgo de cáncer de piel y otros problemas cutáneos. Para protegerse, es importante limitar la exposición solar, utilizar protectores solares de alta protección durante todo el año, y vestir ropa ligera, de manga larga y colores claros. Caminar por la sombra y evitar salir en las horas de mayor radiación también son medidas clave.
3. Sigue una dieta equilibrada:
Una alimentación balanceada, rica en antioxidantes como vitaminas B2, C, E, y minerales, ayuda a reparar y prevenir el deterioro de la piel. Los ácidos grasos omega-3, presentes en pescados y frutos secos, son esenciales para la circulación sanguínea y la nutrición de la piel. Por otro lado, es recomendable evitar alimentos como la bollería industrial, la comida rápida y los refrescos azucarados.
DATO EXTRA
Ejercítate regularmente:
El ejercicio físico contribuye a mantener la piel firme y elástica, al estimular la producción de colágeno y elastina. Además, reduce los niveles de insulina, lo que disminuye la producción de sebo y la aparición de manchas. El uso de dispositivos de teleasistencia, como relojes inteligentes, puede fomentar un envejecimiento activo y saludable, ofreciendo seguridad y tranquilidad tanto a los adultos mayores como a sus familiares.
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Cómo proteger la piel en verano
Las altas temperaturas pueden deshidratar la piel y aumentar el riesgo de quemaduras solares. Para evitarlo, es recomendable tomar baños de agua tibia, beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día, y utilizar cremas hidratantes y protectores solares al salir a la calle. Vestir ropa cómoda y de colores claros, y llevar un parasol, también ayudan a proteger la piel del sol.
Rutina diaria de cuidado de la piel
El cuidado diario es esencial para mantener la piel saludable en la tercera edad. Durante el invierno, el uso de cremas hidratantes es crucial para combatir el ambiente seco. Es importante limitar el tiempo en la ducha, utilizar siempre agua tibia, secar la piel con suavidad, y aplicar cremas hidratantes sobre la piel seca.
Adoptar estas recomendaciones en la rutina diaria ayudará a preservar la salud y la belleza de la piel, adaptándose a las necesidades específicas de cada persona, sin importar la época del año.