Descubre la razón por la cual el vestido de novia es blanco

Una simple elección de vestuario trascendió generaciones y se convirtió en una tradición que sigue dando forma a las bodas modernas

Marcia Ramos / Diario del Sur

  · miércoles 20 de noviembre de 2024

El blanco, adquirió un nuevo significado: pureza, inocencia y riqueza / Foto: Pixabay

La historia de la moda está marcada por varias figuras icónicas que, con su estilo, establecieron tendencias que perduran a lo largo del tiempo. Una de esas figuras es la Reina Victoria de Inglaterra, quien no solo dejó una profunda huella en la historia política y social de su tiempo, sino que también marcó el inicio de una transformación en el mundo de la moda, particularmente en lo que respecta a los vestidos de novia.

Hasta mediados del siglo XIX, las bodas reales y aristocráticas no seguían una norma estricta sobre el color del vestido de la novia. Las mujeres de la nobleza usaban trajes en una amplia gama de colores, siendo el rojo uno de los más populares, mientras que el blanco, en cambio, se reservaba para las mujeres que se presentaban en la corte. Sin embargo, la Reina Victoria, decidida a dejar su propia huella, revolucionó este concepto el 10 de febrero de 1840, cuando eligió un vestido blanco para su boda con el Príncipe Alberto, un acto que cambiaría para siempre la tradición del vestido nupcial.

Aunque el uso del negro para el luto ya se había establecido en Occidente desde tiempos romanos, la Reina Victoria llevó el luto a otro nivel, adoptando este color para todas las ocasiones relacionadas con el duelo. Su influencia en la moda fue más allá del luto, ya que también popularizó el uso del blanco como color nupcial. Al elegir un vestido de seda satinada color crema de Spitalfields, con encaje de Honiton en el cuello, mangas y la cintura, no solo rompió con las tradiciones de su tiempo, sino que estableció lo que hoy conocemos como la silueta clásica del vestido de novia.

El vestido de la Reina Victoria no solo fue innovador por su color, sino también por el simbolismo que comenzó a asociarse con el blanco en los vestidos de boda. Con la creciente popularidad del blanco, este color adquirió un nuevo significado: pureza, inocencia y riqueza. La tradición del vestido de novia blanco, que hasta entonces era desconocida, se difundió rápidamente entre la nobleza y las clases altas europeas, quienes, como la Reina Victoria, también optaron por este color para sus bodas. Los vestidos de novia de la época eran, sin embargo, notoriamente lujosos y difíciles de mantener.

En el caso de la Reina Victoria, su vestido blanco no se limitó al día de su boda. De hecho, ella lo utilizó en otros eventos a lo largo de su vida, lo que subraya cómo, en esa época, un vestido de novia no era considerado un artículo de un solo uso, como lo es en la actualidad. Esto también refleja cómo la moda en ese entonces era más centrada en el lujo y el simbolismo que en la practicidad.

Aunque el vestido de novia blanco comenzó a ser imitado por la nobleza europea tras la boda de Victoria, su democratización no ocurrió de inmediato. Durante varias décadas, muchas mujeres de clases sociales más bajas simplemente se ponían su mejor vestido, independientemente del color, para el día de su boda. Sin embargo, con el paso del tiempo y el avance de la industrialización, la producción de ropa se hizo más barata y accesible, lo que permitió que el vestido de novia blanco se extendiera entre las clases medias en Europa y Estados Unidos.

El verdadero auge del vestido de novia blanco como un símbolo de estatus y riqueza llegó después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la sociedad experimentó una prosperidad económica y las bodas se convirtieron en eventos lujosos, rodeados de celebraciones y ostentación.

En este contexto, el vestido blanco pasó a convertirse en un elemento esencial en las bodas, un símbolo no solo de pureza y belleza, sino también de la capacidad económica de las familias para financiar una boda lujosa.

El vestido de novia blanco se ha mantenido como la opción predilecta para las bodas hasta el día de hoy, transformándose de una elección de la nobleza a un símbolo universal de los matrimonios, asociado con la idea de pureza, amor y compromiso.

10 vestidos de novia más famosos

1. Reina Victoria (1840): La Reina Victoria popularizó el vestido de novia blanco con su diseño de seda satinada y encaje de Honiton, sentando el precedente para las novias modernas.

2. Grace Kelly (1956): Su vestido de boda, diseñado por Helen Rose, estaba compuesto por encaje de Bruselas, tafetán de seda y perlas. Es uno de los más icónicos de todos los tiempos.

3. Diana de Gales (1981): Diseñado por David y Elizabeth Emanuel, con una cola de 7,6 metros, su vestido fue un símbolo de los años 80 y la realeza británica.

4. Kate Middleton (2011): Creado por Sarah Burton para Alexander McQueen, el vestido combinó elegancia clásica con detalles modernos como encaje de inspiración floral.

5. Meghan Markle (2018): Diseñado por Clare Waight Keller para Givenchy, su vestido minimalista y de líneas limpias reflejó modernidad y sofisticación.

6. Audrey Hepburn (1954): En su primera boda con Mel Ferrer, usó un vestido diseñado por Pierre Balmain, corto y de inspiración vintage, que rompió esquemas.

7. Jacqueline Kennedy (1953): Su vestido de tafetán de seda con volantes, diseñado por Ann Lowe, es un clásico de la elegancia estadounidense.

8. Elizabeth Taylor (1950): En su primera boda con Conrad Hilton, usó un vestido de satén diseñado por Helen Rose, que combinaba opulencia y glamour de Hollywood.

9. Priyanka Chopra (2018): Su vestido de Ralph Lauren tenía una cola de más de 23 metros, bordados intrincados y cristales Swarovski, mezclando tradición e innovación.

10. Bianca Jagger (1971): Rompió moldes al usar un traje de Yves Saint Laurent con una falda y chaqueta, proyectando un estilo bohemio y revolucionario.