Entre los pasillos fríos y silenciosos de numerosos hospitales en México, una figura enigmática ha sido avistada por pacientes y personal médico. Vestida impecablemente con un uniforme de enfermera de la época de los años 30, su presencia es un consuelo para algunos y un misterio para todos. Esta es la leyenda de La Planchada.
La Planchada, cuyo nombre hace referencia a la pulcritud de su atuendo, es conocida por su apariencia perfecta y su conducta diligente. Se dice que esta enfermera fantasma aparece especialmente en las noches, brindando atención a los enfermos con una dedicación que sobrepasa la de los vivos. Su historia, sin embargo, está teñida de tristeza y redención.
La leyenda narra que La Planchada fue, en vida, una enfermera llamada Eulalia. Trabajó en un hospital de la Ciudad de México durante la década de 1930. Eulalia era conocida por su dedicación y profesionalismo, características que la hicieron destacar entre sus colegas. Sin embargo, su vida personal no era tan próspera.
Eulalia se enamoró perdidamente de un médico, con quien mantenía una relación amorosa. El médico, sin embargo, era un hombre ambicioso y sin escrúpulos, que no correspondía sinceramente a sus sentimientos. Un día, el médico le prometió matrimonio, pero al poco tiempo la abandonó sin explicación, dejándola devastada.
Desolada y con el corazón roto, Eulalia cayó en una profunda depresión que afectó su desempeño en el trabajo. Empezó a descuidar a sus pacientes, y algunos incluso murieron debido a su negligencia. La culpa y el remordimiento la consumieron, llevándola a una enfermedad que rápidamente acabó con su vida.
Después de su muerte, comenzaron a surgir historias sobre una enfermera con un uniforme perfectamente planchado que atendía a los pacientes en las noches. Los relatos describen cómo La Planchada administra medicamentos, ajusta sábanas y proporciona consuelo a los enfermos. A menudo, los pacientes al despertar cuentan cómo una amable enfermera los atendió, solo para descubrir que ninguna enfermera había estado de guardia en ese turno.
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Muchos creen que el espíritu de Eulalia sigue vagando por los hospitales, tratando de expiar sus errores y buscando redención por los pacientes que desatendió.
A lo largo de los años, numerosos testimonios han mantenido viva la leyenda. Enfermeros, doctores y pacientes han compartido sus experiencias, describiendo cómo fueron atendidos por una enfermera desconocida con un uniforme antiguo.
