El cepillo de dientes es un elemento imprescindible para la higiene bucal, ayudando a eliminar la placa dental y los restos de comida que quedan en la boca. Para garantizar su eficacia, es esencial conocer cada cuánto tiempo debe cambiarse el cepillo de dientes y cómo limpiarlo y guardarlo adecuadamente.
Las principales organizaciones de odontología coinciden en que, por lo general, el cepillo de dientes debe cambiarse cada tres meses. Esta recomendación responde a dos razones principales: la eficacia del cepillado y la prevención de la acumulación de gérmenes.
El uso diario del cepillo de dientes desgasta los filamentos, haciéndolos menos efectivos para eliminar la placa dental y proporcionar una limpieza bucodental óptima. Se calcula que los filamentos se mantienen en buenas condiciones durante un periodo de tres meses, por lo que es necesario cambiar el cepillo pasado este tiempo.
Es importante recordar que, al cepillar los dientes, el cepillo también puede contaminarse con sangre, saliva y desechos orales, reteniendo restos de comida y pasta dental, aunque se lave tras cada uso. Además, el ambiente del baño es una fuente de contaminación para los cepillos de dientes, ya que pueden contener bacterias coliformes fecales que llegan al cepillo al tirar la cadena del inodoro o a través de las manos al tocar una superficie contaminada.
El coronavirus, causante de la COVID-19, también puede estar presente en la orina y las heces, contaminando así el cepillo de dientes. Este también puede contaminarse por contacto con los filamentos de otros cepillos. Aunque aún no hay evidencia directa de que los gérmenes presentes en el cepillo de dientes causen enfermedades, cambiar el cepillo regularmente es una medida preventiva.
Recomendaciones para el cuidado del cepillo de dientes
Además del reemplazo del cepillo cada tres meses, el uso, la limpieza y el almacenaje adecuados son claves para prevenir la proliferación de microorganismos. Las principales recomendaciones son:
- No compartir nunca el cepillo de dientes con otras personas.
- Lavarse las manos antes y después de cepillarse los dientes para evitar la contaminación cruzada.
- Enjuagar bien el cepillo con agua después de cada uso y, preferiblemente, desinfectar el cabezal con un colutorio antiséptico durante un minuto, especialmente en periodos de riesgo de infecciones respiratorias.
- Agitar el cepillo para eliminar el exceso de humedad y guardarlo con el cabezal hacia arriba y al aire.
- Guardar el cepillo en su capuchón para prevenir la contaminación con gérmenes del ambiente o de otros cepillos. El capuchón debe tener orificios que permitan la ventilación.
- Mantener el cepillo lo más alejado posible del sanitario y no compartir recipiente con otros cepillos. Si se comparten, evitar que los cepillos se toquen.
Siguiendo estas recomendaciones, se puede mantener una buena higiene bucal y prevenir problemas de salud relacionados con la contaminación del cepillo de dientes.