El 24 de agosto se celebra en la religión católica el Día de San Bartolomé, conocido popularmente como San Bartolo. Esta fecha conmemora la vida y martirio de uno de los 12 apóstoles de Jesús, quien nació en el siglo I d.C. en Caná de Galilea. San Bartolomé, cuyo nombre significa “hijo de Talmaj”, es conocido por su devoción y predicación del cristianismo en Asia Menor, India y Armenia.
San Bartolomé es una figura central en el cristianismo por su fervoroso seguimiento de Jesús. En el Evangelio de Juan, es identificado como Natanael, que significa "regalo de Dios". Esta interpretación sugiere que Bartolomé y Natanael podrían ser la misma persona, dada su proximidad en los relatos bíblicos y su papel en la vida de Jesús.
Bartolomé viajó por varias regiones para difundir el mensaje cristiano, llegando a Mesopotamia, Persia y Egipto. Fue martirizado en Abanópolis (actual Armenia) por orden del rey Astyages, quien lo sometió a torturas extremas antes de su ejecución el 24 de agosto.
La leyenda del diablo suelto
La fecha del 24 de agosto no solo recuerda la muerte de San Bartolomé, sino que también está marcada por una creencia popular: “el diablo anda suelto”. Según la tradición, a las 23:00 horas del 23 de agosto, las cadenas que atan al diablo en el infierno se sueltan, permitiéndole salir para causar estragos y maldades durante el día siguiente. Este mito sugiere que Lucifer, en venganza por su derrota en una carrera contra San Bartolomé, busca provocar accidentes y desastres en su honor.
San Bartolomé, conocido por su integridad y fe inquebrantable, retó al diablo a una carrera con grandes apuestas: el ganador se llevaría el valle de Chicama, una región rica y próspera. Durante la carrera, mientras Bartolomé parecía estar perdiendo, oró a Dios por fuerza. Milagrosamente, cruzó un río caudaloso y continuó la carrera, mientras que el diablo, al intentar lo mismo, se hundió en el agua. Esta victoria se considera la razón por la cual el diablo busca vengarse cada año en la fecha de la festividad de San Bartolomé.
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El Día de San Bartolomé es una oportunidad para reflexionar sobre la vida y el sacrificio de uno de los apóstoles más significativos del cristianismo. Además de la devoción religiosa, esta fecha está impregnada de tradiciones y leyendas que enriquecen la celebración, combinando la historia y el folklore en una conmemoración que resuena con los fieles y la cultura popular.
Las festividades en honor a San Bartolomé incluyen misas y actos litúrgicos, así como diversas manifestaciones culturales que recuerdan su vida y legado. El mito del diablo suelto añade un elemento de misterio y precaución a la celebración, instando a los creyentes a tomar medidas especiales para protegerse en este día.
Así, el 24 de agosto se convierte en un día de dualidades: un momento para venerar a San Bartolomé y recordar su martirio, mientras se navega entre la fe y las leyendas que rodean esta importante festividad.