X Box, juguetes, regalos, teléfonos inteligentes, internet, son palabras que poco o nada le dicen las niñas y los niños que habitan en lo profundo de la selva lacandona de Chiapas, donde el tiempo parece haberse detenido para amparar a este colectivo de personas que habitan la selva en forma sustentable, cuidando de ella tal como lo hicieron sus ancestros desde tiempos que se pierden en la memoria de su pueblo.
De acuerdo con el Instituto Nacional de los Pueblos indígenas (INPI), el pueblo lacandón es una parte importante de la selva, son sus protectores, la naturaleza es muy valiosa para ellos, por lo que le brindan el cuidado y su agradecimiento. Como parte de su forma de vida, no toman de la tierra más de lo que necesitan, sólo aprovechan la fruta o hierba que les sirve para su sustento, además de que ellos cultivan y cosechan sus propios alimentos como el maíz, la calabaza, el jitomate, frijol, tubérculos, condimentos, entre otros, sin depredar a la tierra que les da de comer.
Como una forma para complementar su alimentación, también desarrollan la caza, una actividad que realizan únicamente cuando lo consideran necesario y se complementa con la pesca.
Para las niñas y los niños que habitan en el corazón de la selva Lacandona, la vida a diario es una fiesta de olores, colores y sonidos, aventuras incomparables descubriendo el mundo del que serán guardianes.
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Para estos pequeños no hay un día del niño, para ellos lo importante es agradecer lo que la Madre Tierra les ofrece, son los adultos quienes enseñan a sus descendientes acerca de sus tradiciones, los rituales y ofrendas con que conectan con sus Dioses a los que piden protección y abundancia.
En este lugar, que parece provenir de otra dimensión, como un eco de lejanos tiempos, los niños visten túnicas de manta blanca, mientras que a las niñas les permiten colores en su vestir así como prendas con detalles florales, así crecen en este lugar único, teniendo como compañeros de juegos animales salvajes, el canto de las aves y el murmullo de ríos, cascadas y lagunas que les sustentan.
La diversión llega, cuando se reúnen para escuchar las historias de sus ancestros que son parte de la tradición oral de el pueblo lacandón y que se transmiten de generación en generación para mantener vivas sus costumbres y tradiciones.
El libro que lanzó el INPI, como parte de los festejos del Día del niño, trata sobre las aventuras de Felipe Q´uin y si te interesa, conocer un estilo de vida sorprendente, puedes leerlo o descargarlo en frorma gratuita en este enlace.
Con información de Anahí Cabrera