Las cuatro olas del feminismo que marcaron historia para las mujeres

Cada ola del feminismo marca un antes y un después en la vida de las mujeres, desde el derecho al voto hasta la exigencia por una vida libre sin ser violentadas

Beriah Jiménez / Diario del sur

  · martes 5 de marzo de 2024

Mujeres exigen justicia por feminicidios en México en la marcha del 8M / Foto: Archivo / OEM

El feminismo, como movimiento social y político, se ha desarrollado a través de una serie de olas que abarcan desde el reconocimiento de los derechos básicos de las mujeres y su posición de subordinación en la sociedad hasta desafiar y cuestionar las nociones tradicionales sobre la naturaleza femenina y los roles de género. Estas olas han sido marcadas por la lucha contra la violencia de género, la reivindicación de los derechos sexuales y reproductivos, así como la búsqueda de equidad en todos los ámbitos de la vida.

Primera ola feminista

Nos remontamos al siglo XIX, aunque hay autoras que señalan tiene sus comienzos en el Siglo XVII, cuando las mujeres estaban en la sombra de los hombres, sin derecho de hablar y muchísimo menos participar en la sociedad. Comienza el despertar de las mujeres ante los privilegios masculinos. Hartas de no ser escuchadas comienzan a buscar reivindicar sus derechos. Quieren reconocer la existencia de la mujer por sí misma, sin estar ligada a la vida de los hombres.

“Soy yo misma una persona completa, responsable sólo ante mí por todo cuanto soy, todo cuanto digo, todo cuanto hago, y cuando sumo el total de mis gracias confieso que no soy inferior a nadie”
Emilie du Châtelet. Francia, Siglo XVIII


Sufragistas marchando con pancartas exigiendo el derecho al voto / Foto: Archivo / Diario del Sur


El argumento principal que se relacionó con este surgimiento del movimiento político fue la obra "Vindicación de los derechos de la mujer" (1792). Aquí nacieron las sufragistas, los rostros y voces que lucharon por los derechos civiles de las mujeres, dando duras críticas a la aristocracia, señalando la situación jurídica de las mujeres con respecto a la de los varones.

Las razones con mayor peso en esta lucha fue el derecho al voto, seguido de la capacitación profesional, derecho al estudio, derechos matrimoniales y a los hijos. Redactan escritos y quejas, las mujeres se organizan en clubs. Defienden la razón y soberanía para que no sea exclusiva de hombres. Es el despertar de la crítica hacia la desigualdad de género y el poder masculino, sugiriendo que estas desigualdades se presentan como naturales, desafiando a las élites que controlan el conocimiento, la riqueza y el poder en la sociedad.


No deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre ellas mismas
Mary Wollstonecraft. Inglaterra, s.XVIII

A partir de aquí comienza la larga lucha por el derecho al voto que duro desde 1776 a 1931 en distintos países alrededor del mundo

Louise Weiss, en huelga feminista / Foto: Ilustrativa / ngenespanol.com


Segunda ola

En el siglo XX, entre 1950 y 1980, se da la segunda ola del feminismo, se cuestiona los roles tradicionales del género, de la familia. Aquí nace una de las feministas radicales más reconocida, Kate Millett, acuñando uno de los emblemas del movimiento: Lo personal es político.

En esta ola feminista se centran en mejorar las condiciones laborales, como tener la oportunidad de la mujer a ocupar cualquier cargo y la apertura de la educación superior. Continúa la lucha sufragista universal y piden deberes matrimoniales equiparables a lo de los hombres.

La lucha comienza a rendir frutos, se producen importantes victorias como la ley de igualdad de salario en Estados Unidos por allá de 1963. El 17 de octubre de 1953, tras una larga y valiente campaña, las mujeres mexicanas obtuvieron el derecho al voto, un momento que transformó la política y la sociedad del país. Fue hasta el 20 de mayo de 1925, las mujeres lograron el derecho al voto en Chiapas.


"Si la civilización estriba en progresar hacia el futuro, ha de ser a través de la ayuda de las mujeres liberadas de sus grilletes políticos, mujeres con plenos poderes para ejercer su voluntad en el seno de la sociedad”

Emmeline Pankhurst. Inglaterra, siglo XIX- XX


En 1968 la lucha hace efecto y se crea la Ley de Instrucción Pública, que permitió la apertura de las primeras escuelas para niñas, marcando un gran logro en la educación de las mujeres.

Las mujeres viajan, publican escritos, se unen más mujeres en las reuniones, intercambian ideas y experiencias, comienza la protesta en espacios públicos con iconoclasia, escandalizan para ser vistas y escuchadas, se oponen a las autoridades desafiando al poder, consiguen adhesiones y las alianzas interclasistas, interracistas e internacionales crecen.

Huelga feminista de los años 80's, piden la legalidad del aborto seguro / Foto: Twitter / Vic

Ya no quieren matrimonios obligados, se preparan estudiando e investigando para practicar el control de la natalidad. La exigencia de igualar salarios sigue en pie. Aquí se enfrentan a sus compañeros de izquierda, así como a instituciones como la Iglesia, para que actúen de manera coherente con los principios de justicia e igualdad que defienden.

Las sufragistas se quitan el corsé, cortan sus faldas y el cabello a modo de liberación. Se observan a mujeres conduciendo coches, "nacen" las aviadoras y deportistas. Disfrutan de los espacios que antes solo era exclusivo de los hombres.

"Nunca he sido capaz de averiguar exactamente en qué consiste el feminismo: sólo sé que la gente me llama feminista siempre que expreso sentimientos que me diferencian de un felpudo”

Rebecca West. Inglaterra. Siglos XIX-XX


Tercera ola

En los años 90, cuando la modernidad estaba en auge, comienza la lucha por la inclusión de categorías como raza, clase y género.

La organización social se vuelve más firme y se afianza el pensamiento feminista, dando entrada al cuestionamiento en el tema del sistema sexo-género, del amor y la monogamia.

Se afianza el pensamiento feminista de análisis, descripción del patriarcado, de las desigualdades y la discriminación de sexo-género. Varios términos se vuelven parte del vocabulario sufragista y se describen las injusticias como impuestas por la cultura del hombre y no por la naturaleza.

Mujeres marchando en contra de la pornografía en los 90's / Foto: Ilustrativa / ngenespanol.com


“A lo mejor el siguiente paso es que si la mujer tiene las mismas carreras y ganancias, y la diferencia está en los años fértiles, tendremos que ir a una reestructuración del pensamiento en lo que tiene que ver con los cuidados familiares, compartir las responsabilidades familiares”

Betty Friedan. E.E.U.U. Siglo XX-XXI

Se da la gran incorporación a la educación secundaria, superior; en el área laboral se ve la presencia femenina en oficios, empleos y profesiones; en el ámbito político aparecen las candidatas elegibles y electoras. Influyen en las instituciones alrededor del mundo.

Continúan publicando sus exigencias e invitan a liberarse del patriarcado, usan anticonceptivos, se reclama aún los derechos en el matrimonio logrando conseguir el divorcio. Se establece la organización social y profesional como feministas y como lobbies, dando pauta a las corrientes y afiliaciones diversas y algunas opuestas, como el feminismo socialista, radical o liberal; el feminismo de la igualdad o de la diferencia. También se crea el ciber y ecofeminismo. Con estas corrientes se enriquecen las propuestas y aumenta la presencia feminista en todos los espacios como representantes sociales, líderes académicas, políticas y sindicales.


“Admiro a las mujeres que se cuidan a ellas mismas, innovan su vida y su entorno y son sabias por la experiencia, por su capacidad de aprender de otras mujeres, y también por el aprendizaje ilustrado” Marcela Lagarde. México, siglo XX-XXI


Con este fortalecimiento da paso al transfeminismo, teoría queer, movimiento femen, el activismo en nuevos espacios como las redes sociales, la palabra feminismo llega a países que aún no conocían el movimiento y empiezan los escarches. El camino se abre para la que se le conoce como la cuarta ola.

Cuarta ola del feminismo

En esta ola intergeneracional que comienza en el siglo XXI, propone soluciones frente uno de los mayores problemas que son la violencia sexual, la explotación económica y el alza de feminicidios en México. Abarcando desde la desigualdad salarial hasta la feminización de la pobreza. Alzan la voz ante la precarización de la vida de la mujer hasta la usurpación masculina de sus capacidades sexuales y reproductivas, convirtiéndolas en grandes industrias, como vientres de alquiler.

En febrero de 2007, se aprueba la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, destinada a combatir y prevenir la violencia de género.

Con la crisis financiera del 2008 vinieron los recortes y la austeridad, provocando que las mujeres tuvieran que suplir la falta de comedores escolares, de escuelas infantiles y del cuidado de dependientes, entre otras actividades.

Las protestas aumentaron en el 2010, donde surge la frase emblema "La revolución será feminista o no será" que inundó las calles y las redes sociales.

Estas son las marchas que habrán en el Estado/Foto: Archivo | El Sol de México


Cambia tu vida hoy, no apuestes al futuro, actúa ahora, sin demora

Simone de Beauvoir. Francia, siglo XX


El 20 de enero del 2014, se aprueba en el Consejo de Ministros de España el anteproyecto de la Ley de Protección de la Vida del Concebido y de los Derechos de la Mujer. Se pretendía modificar la ley sobre el aborto, buscando eliminar por completo el derecho de las mujeres a decidir sobre su maternidad. Esto provocó una reacción feminista por el retroceso en los derechos y libertades. Mujeres de capitales europeas y latinoamericanas salieron a las calles a marchar y protestar como muestra de solidaridad. Lucha que aún continúa.

La presión de las mujeres apoya la creación de la Ley Olimpia, promulgada el 3 de diciembre de 2017, dirigida a combatir el acoso y la violencia digital contra las mujeres.

En octubre de ese mismo año vuelve a la luz el movimiento #MeToo, fundado por Tara Burke en el 2006 como medida de visibilizar las denuncias de casos de agresión y acoso sexual.

Fue el 8 de marzo de 2018 el momento de inflexión de la cuarta ola, se concreta con la huelga feminista a una escala enorme. Reforzando los movimientos que comenzaron en la tercer ola. Anticipa una nueva fase en la lucha de clases, que se caracteriza por ser feminista, internacionalista, ecologista y antirracista.

El feminismo de esta época reconoce las intersecciones entre diferentes formas de opresión, como el género, la raza, la clase social y la orientación sexual.

Debido a las constantes protestas, logran que, en el 2020, se aprueba la Ley Ingrid, centrada en la protección de las mujeres y la prevención de la violencia de género.

En mayo del 2023 el Senado eleva a rango constitucional La Ley 3 de 3, que busca garantizar que los procesos judiciales y administrativos no estén marcados por la misoginia, el machismo o la discriminación y en el 2024 se promulga la Ley Sabina para proteger la vida y el desarrollo integral de la infancia.

Mujeres gritan y se manifiestan en las marchas internacionales del 8M / Foto: Yerania Rolón / Cuartoscuro

Diversas iniciativas surgen para abordar otras formas de violencia de género y mejorar la protección de las mujeres:

  • La Ley Malena busca reconocer y penalizar los ataques con ácido, con el objetivo de brindar justicia a las víctimas y generar conciencia pública sobre este tipo de violencia.
  • La Ley Monse propone sanciones para quienes encubran feminicidas, mientras que la Ley Alina busca reconocer la legítima defensa para mujeres que enfrentan violencia de género, asegurando un proceso judicial justo y apoyo psicológico.

El ciberactivismo se convierte en una parte fundamental de esta ola, ya que ha permitido que las feministas se conecten y articulen sus acciones a través de comunidades virtuales en línea.

Además, la cuarta ola del feminismo se posiciona firmemente en contra de la cultura de la guerra y de la industria armamentística. Esto implica una crítica y resistencia activa contra la militarización y el uso de la violencia como medio para resolver conflictos, reflejando así un compromiso con la paz y la justicia en todas sus formas.