Viajar en colectivo es enfrentar la suerte, puede ser un recorrido placentero o una verdadera tortura, pedimos a nuestros lectores que nos contaran la peor experiencia que les hubiera ocurrido mientras usaban la combi y las respuestas han ido de las más hilarantes a las más extrañas pasando por las que todos hemos sufrido como el clásico golpe en la cabeza al subir o bajar que, es bien sabido, hace doler hasta el alma.
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Anédotas más, anécdotas menos, lo cierto es que en Tapachula el servicio de transporte colectivo, coloquialmente conocido como combi (hace mucho que en realidad son Urvan), es deficiente, los choferes de las unidades enfrentan cuotas cada vez más altas exigidas por “los patrones” y los usuarios viven las consecuencias.
Estas consecuencias, en su mayoría quedan como simpáticas experiencias, otras han requerido atención médica, como quienes contaron que al cerrar antes la puerta, se lesionaron y requirieron hasta puntadas.
Hubo un afortunado que se sentó junto a una guapa tapachulteca y los que en realidad han tenido que padecer un “restregón” alguien sudado o quien terminó teniendo que pararse por intentar compartir el asiento con una persona pasada de peso.
Las anécdotas son tantas como usuarios tiene el transporte colectivo, la mayor enseñanza es que, al abordar la combi, esperes lo inesperado.
Recuerda que las autoridades pueden sancionar las conductas de choferes que estén fuera de la ley, como usuario puedes hacer un reporte al 911 o acudiendo a las instalaciones de Tránsito del Estado o Vialidad Municipal, es importante contar con el número de unidad y de ser posible, evidencia de lo ocurrido.