Maque, arte decorativo de origen prehispánico realizado con insectos

La palabra "maque" proviene del náhuatl "máqui", que significa "barnizar" o "embellecer", la laca natural es extraída de la secreción de insectos llamados "aje"

Marcia Ramos / Diario del Sur

  · jueves 25 de julio de 2024

En la actualidad, todavía hay artesanos que mantienen vivo el maque / Foto: Casa Mejicú

En el vasto y rico tapiz cultural de México, el maque destaca como una expresión artística que combina la belleza natural con la destreza artesanal. Este arte decorativo, cuyo origen se remonta a tiempos prehispánicos, se distingue por su proceso único que involucra el uso de insectos para crear superficies brillantes y coloridas en una variedad de objetos.

El maque o laca es una técnica que nació en las culturas mesoamericanas, especialmente entre los pueblos purépechas y mixtecos, quienes perfeccionaron el uso de materiales naturales para crear acabados decorativos en objetos cotidianos y ceremoniales. La palabra "maque" proviene del náhuatl "máqui", que significa "barnizar" o "embellecer". Este arte no solo tenía un propósito estético, sino que también protegía los objetos de la humedad y otros elementos naturales.

Proceso de elaboración del maque

El proceso de creación del maque es laborioso y meticuloso, involucrando varios pasos esenciales que han sido transmitidos de generación en generación:

  1. Recolección de materiales: La base de la técnica del maque es una laca natural extraída de la secreción de insectos llamados "aje", que habitan en ciertas especies de árboles, principalmente el árbol de laca (Rhus spp.). Los artesanos recolectan cuidadosamente esta sustancia viscosa, que es el ingrediente principal para el barniz.
  2. Preparación de la base: Los objetos que se decorarán con maque, como cajas, jícaras, y figuras de madera, deben estar completamente secos y libres de impurezas. Tradicionalmente, se utilizan maderas como el copal y el cedro, que son ligeras y fáciles de tallar.
  3. Aplicación de la laca: La laca obtenida de los insectos se mezcla con aceites vegetales, como el aceite de chía, y pigmentos naturales para crear una pasta viscosa de colores brillantes. Esta pasta se aplica en capas finas sobre la superficie del objeto, extendiéndola de manera uniforme con las manos o una espátula.
  4. Secado y pulido: Cada capa de laca debe secarse completamente antes de aplicar la siguiente. Este proceso puede llevar varios días o incluso semanas, dependiendo del clima y la humedad. Una vez que se han aplicado suficientes capas, el objeto se pule con una tela suave o piedra de río para lograr el característico brillo del maque.

Los diseños suelen incluir elementos de la naturaleza, patrones geométricos y simbología religiosa, cada uno con un significado especial.

En la actualidad, el maque sigue siendo una tradición viva gracias a los esfuerzos de artesanos y colectivos que buscan preservar esta técnica ancestral. Talleres y comunidades en diversos estados continúan produciendo obras maestras de maque, que ahora también encuentran un lugar en el arte contemporáneo y el diseño moderno.

A pesar de su belleza y valor cultural, el maque enfrenta desafíos significativos. La recolección de la laca de insectos es un proceso arduo que requiere conocimiento y paciencia, y la urbanización ha reducido el hábitat natural de estos insectos. Además, la competencia con productos industriales más baratos y de producción masiva ha disminuido la demanda de artesanías tradicionales.

Sin embargo, hay un resurgimiento del interés por el maque, impulsado por iniciativas de turismo cultural, ferias de artesanías y programas de conservación del patrimonio. Los artesanos, con el apoyo de organizaciones no gubernamentales y gubernamentales, están explorando nuevas formas de adaptar el maque a los gustos y necesidades contemporáneos, garantizando que esta joya del arte prehispánico siga brillando en el futuro.

El maque es más que una técnica decorativa; es un legado vivo de la historia y cultura de México. Con sus colores vibrantes y acabado lustroso, cada pieza de maque cuenta una historia de tradición, naturaleza y habilidad artesanal. En un mundo que a menudo prioriza lo rápido y lo desechable, el maque nos recuerda la belleza de lo hecho a mano y la importancia de preservar nuestras raíces culturales.