Si estás considerando dar la bienvenida a un michito a tu hogar, te felicitamos por tomar una decisión que puede resultar gratificante, aunque las personas nos hemos encargado de crear ciertas ideas falsas al respecto de estos animalitos, que los han perjudicado desde hace mucho tiempo.

Hay mitos como, los gatos negros traen mala suerte, no conviven con perros, son traicioneros, tienen nueve vidas y muchas historia más se han ido difundiendo en la sociedad actual, por eso es importante que antes de decidir adoptar un gatito aclarar algunos mitos comunes que a menudo llevan a malentendidos.

1. Los gatos negros dan mala suerte

Realidad: La creencia de que los gatos negros traen mala suerte es un mito arraigado en la superstición. El color del pelaje no tiene relación con la suerte. Los gatos negros son tan cariñosos como cualquier otro. No dejes que el color influya en tu elección de adopción.

2. Los gatos te ponen en riesgo de padecer toxoplasmosis

Realidad: Los gatos pueden contagiarse con este organismo cuando cazan y sus presas son portadoras. Es importante tener en cuenta que es a través de la ingesta de heces infectadas que los humanos cuidadores quedarían expuestos, y los gatos portadores excretan quistes de toxoplasma sólo la primera vez que han sido infectados. Así que en realidad, otros factores como la orina de roedores y fluidos de otros animales en contacto con el parásito, representan un riesgo mucho mayor de transmisión.

3. Los gatos tienen 9 vidas

Realidad: El mito de las 9 vidas se originó en la antigua cultura egipcia. En realidad, los gatos tienen una vida, al igual que cualquier otro animal.

4. Los gatos siempre caen de pie

Realidad: Aunque los gatos tienen habilidades asombrosas para caer de pie, no son invulnerables a lesiones. Caídas desde alturas significativas pueden resultar en lesiones graves. Prevenir accidentes es esencial, especialmente en lugares elevados.

5. Los gatos no contraen la rabia

Realidad: Los gatos pueden contraer rabia, al igual que otros animales. La vacunación regular es esencial para prevenir esta enfermedad, a pesar de su baja frecuencia en el ámbito doméstico.

6. Los gatos beben leche

Realidad: Aunque comúnmente creído, muchos gatos no deben beber leche, ya que puede causar trastornos gastrointestinales. Una nutrición adecuada es esencial, evitando mitos arraigados en la cultura popular.

7. Los gatos se asean solos, no necesitan baños

Realidad: Aunque los gatos son limpios, ocasionalmente necesitan baños. Productos específicos para gatos y asegurar su comodidad durante el proceso son clave.

8. Las mujeres embarazadas no deben tener gatos

Realidad: Algunos gatos pueden ser portadores de una enfermedad llamada toxoplasmosis, que ocasionalmente se transmite a los humanos a través de la materia fecal y puede causar problemas serios en los bebés en gestación. Es uno de los mitos sobre los gatos más extendido. Sin embargo, es fácil saber si un gato la tiene o no, y en caso de tenerla la transmisión se puede prevenir tomando algunas sencillas medidas de higiene.

Quiere saber más sobre gatos, lee también: Croquetas para michis, ¿estás alimentando bien a tu mascota?

9. Los gatos se enferman después de ser esterilizados o castrados

Realidad: Algunos gatos pueden ser portadores de una enfermedad llamada toxoplasmosis, que ocasionalmente se transmite a los humanos a través de la materia fecal y puede causar problemas serios en los bebés en gestación. Es uno de los mitos sobre los gatos más extendido. Sin embargo, es fácil saber si un gato la tiene o no, y en caso de tenerla la transmisión se puede prevenir tomando algunas sencillas medidas de higiene, como delegar en otra persona la limpieza de la bandeja sanitaria.

10. Los gatos son malos para los niños

Realidad: El estereotipo de que los gatos son malos para los niños carece de fundamento. Los gatos pueden ser compañeros amorosos si se les trata con respeto y cuidado.

Adoptar un gato es una experiencia enriquecedora, y conocer la verdad detrás de estos mitos contribuye a una convivencia armoniosa y feliz con tu nuevo compañero felino.