La Flor de Nochebuena, conocida científicamente como Euphorbia pulcherrima, es mucho más que un adorno navideño. Este emblemático símbolo floral, que ilumina los hogares durante las fiestas decembrinas, es un reflejo de la biodiversidad, la cultura y la tradición de México, el país donde se originó.
En la época prehispánica, esta planta era conocida como cuetlaxóchitl en náhuatl, un término que significa "flor que se marchita" o "flor de pétalos resistentes como el cuero". Para los aztecas, esta flor poseía un profundo simbolismo: su intenso color rojo representaba la sangre derramada en sacrificios al sol, un acto esencial para renovar la energía vital del universo.
La cuetlaxóchitl era también un tesoro en los jardines de Nezahualcóyotl y Moctezuma, donde su pigmento rojizo se empleaba para teñir textiles. Con la llegada de los españoles, la flor se incorporó a las celebraciones religiosas, especialmente a las festividades navideñas, ganando nombres como flor de pascua, pastora y poinsettia, este último en honor al diplomático estadounidense Joel Roberts Poinsett, quien introdujo la planta en Estados Unidos en el siglo XIX.
Actualmente, México ocupa el cuarto lugar a nivel mundial en producción de flor de nochebuena, con 248 hectáreas dedicadas a su cultivo, en su mayoría bajo invernadero. Este sector genera aproximadamente 13 mil empleos directos e indirectos, consolidándose como una actividad económica clave en las temporadas decembrinas.
¿Principales estados productores de Pascua?
- Morelos: Líder nacional con una producción destacada.
- Ciudad de México y Estado de México: Focos importantes de cultivo en el centro del país.
- Puebla y Michoacán: Reconocidos por la calidad y diversidad de sus plantas.
La flor de nochebuena no solo satisface la demanda interna, sino que también se exporta a países como Estados Unidos, donde es conocida como poinsettia, y Europa, donde se ha convertido en un ícono de las celebraciones navideñas.
Aunque la nochebuena es famosa por su característico rojo intenso, los avances hortícolas han permitido el desarrollo de variedades en tonos rosados, blancos, amarillos e incluso salmón. En su hábitat natural, esta planta crece como un arbusto o pequeño árbol, alcanzando alturas de hasta cuatro metros.
Su distribución silvestre abarca desde bosques tropicales subcaducifolios hasta selvas húmedas y bosques de galería en el Pacífico mexicano y Guatemala. Estas condiciones hacen de la flor de nochebuena un testimonio vivo de la biodiversidad de la región.
¿Para qué sirven las flores de Pascua?
Además de su belleza, la nochebuena ha tenido un papel relevante en la medicina tradicional. En el Códice Florentino del siglo XVI, se documenta su uso para aumentar la producción de leche en mujeres lactantes. También se empleaba para tratar afecciones respiratorias, como anginas y tos, así como problemas cardíacos y heridas.
Hoy, en algunas regiones de México, sigue utilizándose con fines medicinales, tanto de manera tópica como por vía oral.
¿Cómo cuidar la Pascua?
La conservación de la flor de nochebuena requiere de atención específica para garantizar su durabilidad durante la temporada navideña:
- Luz indirecta: Debe colocarse en un lugar con iluminación natural, evitando la exposición directa al sol.
- Riego moderado: Regar solo cuando la tierra esté seca, asegurando que el agua no moje las hojas para evitar manchas.
- Humedad controlada: Protegerla de ambientes húmedos para prevenir la aparición de hongos.
- Poda posnavideña: Una vez terminada la temporada, es recomendable realizar una poda que estimule su próximo florecimiento.
La Flor de Nochebuena es mucho más que un ornamento. Representa la historia, la cultura y la biodiversidad de México, destacando como un orgullo nacional y un embajador floral en el mundo. Su legado perdura no solo en las festividades navideñas, sino también en la economía, la medicina tradicional y el arte hortícola, reafirmando su lugar como uno de los tesoros más preciados de la flora mexicana.