El reciente Informe de Medición de Pobreza 2023 ha arrojado luz sobre una realidad preocupante: las mujeres que hablan lenguas indígenas enfrentan una vulnerabilidad significativa ante la pobreza y la indigencia. Según el informe, 9 de cada 10 mujeres indígenas viven en condiciones de pobreza moderada, extrema o carencias socioeconómicas.
Los datos son contundentes: el 26.8% de estas mujeres se encuentran en situación de pobreza extrema, lo que significa que no pueden ni siquiera costear la canasta básica de alimentos. Además, el 39.2% experimenta pobreza moderada, incapaz de adquirir la canasta básica complementaria.
A esta preocupante situación se suma el alto nivel de marginación social que enfrentan las mujeres indígenas. Se evidencia un promedio menor de años de escolaridad, mayores niveles de informalidad laboral y la denuncia frecuente de actos de discriminación. Destaca también la alarmante falta de afiliación a la seguridad social por parte de casi todos los integrantes de esta comunidad.
Ante estos datos, resulta imperativo implementar medidas concretas que aborden esta situación y garanticen la igualdad de oportunidades para todas las mujeres, independientemente de su origen étnico. La lucha contra la pobreza y la exclusión social debe ser una prioridad en la agenda política y social, con especial atención a las comunidades indígenas y las mujeres que las integran.