Cuando hablamos de productos de temporada, nos referimos a alimentos que alcanzan su punto óptimo de consumo durante un periodo específico del año, gracias a su ciclo biológico natural. Estos alimentos, principalmente frutas y verduras, no solo ofrecen el mejor sabor y calidad durante su temporada, sino que también son más accesibles y económicos en estos momentos. La falta o insuficiencia de estos productos fuera de su ciclo natural puede afectar su disponibilidad, precio, y calidad.
Las frutas de temporada, por ejemplo, son ideales para disfrutar como postres refrescantes, colaciones entre comidas, o para combatir el calor en los días más cálidos. Consumirlas no solo deleita el paladar, sino que también ofrece múltiples beneficios para la salud:
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1. Mayor aporte nutricional: Las frutas y verduras de temporada están en su máxima expansión nutritiva, ofreciendo más vitaminas y minerales que sus versiones fuera de temporada.
2. Mejor digestión: El proceso natural de maduración en la planta mejora su sabor y aroma, haciéndolas más digestivas y agradables al consumo.
3. Adaptación al clima: Los productos de temporada nos ayudan a mantenernos en equilibrio con el entorno. En invierno, por ejemplo, la naturaleza nos brinda alimentos que aportan calor, mientras que en verano predominan aquellos que refrescan.
4. Variedad en la dieta: Limitar el consumo a alimentos de temporada fomenta una dieta más variada, permitiendo descubrir nuevos sabores y experimentar con recetas que de otra manera no probaríamos.
5. Menor costo: La sobreproducción en temporada baja los precios de estos alimentos, permitiendo ahorrar y disfrutar de comidas nutritivas sin comprometer el bolsillo.
¿Qué frutas y verduras hay en cada estación del año?
Primavera:
En marzo, es temporada de aguacates, limones, naranjas, kiwis, acelgas, apio, coliflor, col, endivias, espárragos, espinacas y lechuga. Abril es ideal para comprar alcachofas o guisantes, además de continuar con aguacate, naranjas, acelgas, endivias, espárragos, espinacas, apio o zanahorias. En mayo, finaliza la temporada de aguacates y comienzan a llegar frutas frescas como albaricoques y frutas del bosque como cerezas y fresas.
Verano:
Con el buen tiempo, las ensaladas con fruta son una excelente opción. En junio, los calabacines, pepinos, pimientos, ajos y patatas están en su punto. También lo están frutas refrescantes como la sandía, albaricoques, frambuesas y fresas. En julio, se suman melones, nectarinas, melocotones, moras y peras. Los tomates y berenjenas, que requieren altas temperaturas, también son protagonistas. En agosto, es el turno de los higos, y es recomendable aprovechar frutas de meses anteriores junto con cebollas, remolachas, patatas, judías y zanahorias.
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Otoño:
El otoño trae consigo productos como calabaza, uvas, manzanas, maíz, puerros y granadas. En septiembre, aún puedes disfrutar de alimentos del final del verano como frambuesas, higos, melocotones, melones, moras, peras, tomates, berenjenas, lechugas, cebollas, endivias, zanahorias y espinacas. Octubre es ideal para batatas, brócolis, rábanos y kiwis, y en noviembre regresan los cítricos como limón, lima, mandarina, naranja y kiwi. También vuelven aguacates, acelgas, champiñones, coles, coliflor, nabos y remolachas.
Invierno:
En diciembre, con la llegada del frío y la Navidad, encontramos coles de Bruselas, aguacates, caquis y cítricos como limón, naranja y pomelo, junto al kiwi. Las verduras más comunes incluyen acelgas, apio, brócoli, cardo, col, coliflor, endivias, espinacas, nabos, puerros y zanahorias. En enero y febrero, regresa la temporada de lechugas, disponibles prácticamente todo el año gracias a su cultivo en diversos climas.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) resalta que consumir frutas y verduras de temporada permite evitar cultivos forzados y procesos artificiales que pueden afectar la calidad del alimento. Al elegir estos productos, no solo se disfruta de un sabor auténtico y se apoya la producción local, sino que también se reduce el impacto ambiental y se ahorra en costos de transporte.