Cada 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha dedicada a visibilizar y concientizar sobre los trastornos mentales, además de promover políticas y acciones efectivas que mejoren la atención en este ámbito. Este año, bajo el lema "Salud mental como un derecho humano esencial", la Organización Mundial de la Salud (OMS) busca poner en el centro de la conversación la importancia de garantizar el acceso universal a servicios de salud mental de calidad.
En todo el mundo, los problemas de salud mental afectan a millones de personas. Según cifras recientes de la OMS, más de 970 millones de personas viven con algún trastorno mental, siendo la ansiedad y la depresión los más comunes. La pandemia de COVID-19 exacerbó esta crisis, aumentando los niveles de estrés, ansiedad, y aislamiento, especialmente entre los jóvenes, los trabajadores de la salud y las personas mayores.
Sin embargo, a pesar de la magnitud de este desafío, la salud mental sigue siendo un tema estigmatizado en muchas sociedades. Las personas que padecen trastornos mentales a menudo enfrentan discriminación y barreras para acceder a los servicios que necesitan. En muchos países, la salud mental sigue recibiendo menos del 2% del presupuesto total de salud, lo que refleja una brecha significativa entre la necesidad y la atención proporcionada.
En México, la situación no es muy diferente. Se estima que al menos 15 millones de personas en el país viven con algún trastorno mental, y se ha observado un incremento alarmante de casos de depresión y ansiedad en los últimos años. En Chiapas, la problemática es especialmente preocupante debido a la falta de acceso a servicios especializados en zonas rurales y comunidades indígenas.
A nivel nacional, la Secretaría de Salud ha implementado diversas iniciativas para mejorar la atención en salud mental, como la creación de líneas de apoyo psicológico y el fortalecimiento de centros de atención primaria. Sin embargo, las tasas de suicidio han aumentado, particularmente entre jóvenes de 15 a 29 años, lo que indica que los esfuerzos aún no son suficientes para frenar esta crisis.
El estigma asociado a los trastornos mentales sigue siendo una de las mayores barreras para que las personas busquen ayuda. Mitos como que "la depresión es una señal de debilidad" o que "la ansiedad es solo un exceso de preocupaciones" contribuyen a que quienes padecen estos problemas se sientan avergonzados y eviten hablar de ello.
Muchas personas no buscan tratamiento por miedo a ser juzgadas o excluidas. El estigma alrededor de la salud mental hace que las personas se sientan aisladas, lo que agrava sus síntomas. La salud mental debe abordarse como cualquier otra enfermedad, sin prejuicios ni tabúes.
Salud mental en los jóvenes: una crisis silenciosa
Uno de los sectores más vulnerables en esta crisis son los jóvenes. Los cambios tecnológicos, la presión social y los efectos post-pandemia han incrementado significativamente los casos de ansiedad, depresión, autolesiones y suicidio en esta población. El acceso ilimitado a redes sociales y la constante comparación con los demás han contribuido a una sensación de insuficiencia y malestar emocional.
El Día Mundial de la Salud Mental es también una oportunidad para destacar la necesidad de un enfoque preventivo en la atención a la salud mental. Las instituciones educativas, los centros de trabajo y las comunidades deben ser espacios donde se fomente el bienestar emocional. Programas de educación emocional, apoyo psicológico y prevención del suicidio deben ser implementados desde temprana edad para que las personas aprendan a manejar el estrés, la ansiedad y los conflictos emocionales.
Es fundamental que los gobiernos inviertan en políticas públicas que garanticen el acceso equitativo a los servicios de salud mental, especialmente en comunidades marginadas y rurales. Asimismo, se debe asegurar que estos servicios sean de calidad, inclusivos y respetuosos de los derechos humanos.
Al mismo tiempo, la sociedad civil juega un rol fundamental en la creación de una cultura de apoyo y comprensión hacia quienes sufren trastornos mentales. La normalización de la conversación sobre la salud mental, así como la eliminación del estigma, son pasos esenciales para crear entornos donde todas las personas puedan sentirse seguras buscando la ayuda que necesitan.
Consejos para cuidar la salud mental
- Practica la autocompasión: Evita ser demasiado duro contigo mismo y acepta que es normal tener días difíciles.
- Mantén una rutina diaria: Tener horarios para dormir, comer y realizar actividades te ayudará a sentir estabilidad.
- Realiza actividad física: El ejercicio libera endorfinas, que ayudan a mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés.
- Descansa adecuadamente: Dormir entre 7 y 9 horas cada noche es esencial para mantener una buena salud mental.
- Comparte tus sentimientos: Hablar con amigos o familiares de confianza puede aliviar la carga emocional.
- Aprende a manejar el estrés: Técnicas de relajación como la meditación, la respiración profunda o el yoga pueden ayudar.
- Evita el consumo excesivo de alcohol o drogas: Estas sustancias pueden afectar negativamente tu estado emocional.
- Limita el uso de redes sociales: Exponerse a demasiada información o compararse con los demás puede afectar el bienestar.
- Busca ayuda profesional: No dudes en acudir a un psicólogo o terapeuta si sientes que necesitas apoyo emocional.
- Dedica tiempo a ti mismo: Haz actividades que disfrutes y que te relajen, como leer, caminar o escuchar música.