Cada 14 de noviembre, el Día Mundial de la Diabetes reúne esfuerzos globales en una campaña de concientización sobre la diabetes, sus causas, complicaciones y prevención. Establecido en 1991 por la Federación Internacional de la Diabetes (FDI) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), este día busca crear conciencia sobre el impacto de una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo, incluyendo México, donde se ha convertido en una de las principales causas de mortalidad.
Según la IDF, México ocupa el séptimo lugar a nivel mundial en cuanto a personas que viven con diabetes; Además, datos del Instituto Nacional de Salud Pública indican que la prevalencia de diabetes en México es del 18.3 por ciento, con un 22.1 por ciento de prediabetes. La diabetes también figura como la segunda causa de muerte en la población mexicana (INEGI, 2024).
El aumento en la prevalencia de la diabetes en México en las últimas décadas resalta la necesidad de una coordinación efectiva en la atención sanitaria, que involucre a los sectores público, privado y social.
Entre los factores de riesgo que incrementan la posibilidad de desarrollar diabetes se destacan el sedentarismo y el sobrepeso. La OMS recomienda, para la prevención de la diabetes tipo 2 (la más común y que representa el 90 por ciento de los casos), llevar una dieta equilibrada, realizar al menos 2.5 horas de actividad física semanal, evitar el tabaco, moderar el consumo de alcohol y realizar chequeos médicos regulares.
La situación en Chiapas
Chiapas destaca positivamente en el contexto nacional al mantener una de las tasas más bajas de prevalencia de diabetes, con un 7.8 por ciento en personas mayores de 20 años, de acuerdo con la ENSANUT 2018. Esto ha sido posible gracias a la intensificación de campañas de prevención y detección oportuna, según el secretario de Salud estatal. En el marco del Día Mundial de la Diabetes, el funcionario enfatizó que en los centros de salud de los 10 distritos sanitarios de Chiapas se realizan mediciones de peso, talla y pruebas de glucosa, además de ofrecer orientación nutricional basada en la “dieta de la milpa”, compuesta de maíz, frutas, verduras y agua, eliminando azúcares y productos procesados.
A pesar de los esfuerzos, el acceso desigual a la atención médica y los tratamientos es uno de los mayores retos. En el caso de México, las personas de áreas rurales o de bajos recursos a menudo carecen de acceso a servicios de salud adecuados. Esta situación no solo impacta la calidad de vida de los pacientes, sino que también afecta la economía familiar, particularmente en estados con altos niveles de pobreza. La Organización Panamericana de la Salud, en la edición 2023 del Día Mundial de la Diabetes, subrayó la importancia de garantizar un acceso equitativo a la atención médica esencial.
Prevención de la diabetes: 5 consejos para tomar el control
Adoptar ciertos hábitos puede retrasar o incluso evitar el desarrollo de esta enfermedad y sus complicaciones a largo plazo. Aquí presentamos estrategias clave para reducir el riesgo de diabetes tipo 2.
Bajar de Peso
El exceso de peso aumenta significativamente el riesgo de diabetes tipo 2. Estudios han demostrado que reducir alrededor del 7 por ciento del peso corporal mediante cambios en la dieta y el ejercicio disminuye el riesgo de desarrollar la enfermedad hasta en un 60 por ciento. La American Diabetes Association recomienda que las personas con prediabetes pierdan entre el 7 por ciento y el 10 por ciento de su peso corporal, ya que cuanto mayor sea la reducción, mayores serán los beneficios para la salud.
Es importante fijar objetivos realistas y a corto plazo para que la pérdida de peso sea sostenible. Bajar entre 0.5 y 1 kg por semana es una meta saludable y alcanzable, que puede ser monitoreada y adaptada con la ayuda de un profesional de la salud.
Incorporar más actividad física
La actividad física regular no solo ayuda a reducir el peso, sino que también baja los niveles de glucosa en la sangre y mejora la sensibilidad a la insulina. Para lograr estos beneficios, se recomienda un enfoque equilibrado:
- Ejercicio aeróbico: Realizar al menos 150 minutos semanales de actividad aeróbica moderada a intensa, como caminar, correr o nadar.
- Ejercicio de resistencia: Entrenar con ejercicios de resistencia, como levantamiento de pesas o yoga, al menos dos veces por semana para fortalecer músculos y mejorar el equilibrio.
- Evitar la inactividad: Tomarse unos minutos para caminar o hacer una actividad ligera cada 30 minutos, especialmente durante períodos prolongados de sedentarismo, ayuda a estabilizar los niveles de glucosa.
Elegir alimentos saludables y ricos en fibra
Los alimentos vegetales ricos en fibra, como frutas, verduras sin almidón, legumbres y cereales integrales, no solo aportan nutrientes esenciales, sino que también ayudan a controlar los niveles de glucosa y la sensación de saciedad. La fibra ralentiza la absorción de azúcares y grasa, ayudando a controlar el colesterol y otros factores de riesgo cardiovascular.
Es importante evitar los "carbohidratos malos" que contienen altos niveles de azúcar y pocos nutrientes, como pan blanco, pasteles, jugos procesados y alimentos altos en jarabe de maíz, ya que pueden elevar rápidamente los niveles de glucosa en sangre y contribuir al aumento de peso.
Consumir grasas saludables
Las grasas no deben eliminarse de la dieta, sino que deben elegirse aquellas que beneficien la salud cardiovascular. Las grasas insaturadas, presentes en aceites vegetales, frutos secos y pescados grasos, ayudan a mantener niveles saludables de colesterol y a proteger el sistema vascular. En cambio, se recomienda limitar las grasas saturadas, provenientes de lácteos y carnes rojas, que pueden elevar el riesgo de enfermedades cardíacas.
Evitar las dietas relámpago
Las dietas de moda, como las cetogénicas o la dieta paleo, pueden ayudar a perder peso rápidamente, pero no siempre son sostenibles a largo plazo. Es más eficaz adoptar un estilo de alimentación que incluya comidas balanceadas y que sea adaptable a las necesidades y preferencias personales.
Una estrategia útil es dividir el plato de manera que la mitad contenga frutas y verduras, un cuarto granos integrales y el otro cuarto proteínas magras, como pescado, legumbres o carne de ave.
¿Cuándo consultar a un médico?
La Asociación Americana de Diabetes sugiere que personas mayores de 45 años, o menores con sobrepeso y factores de riesgo, se realicen pruebas de detección de diabetes. También se recomienda para mujeres con antecedentes de diabetes gestacional, personas diagnosticadas con prediabetes y niños con sobrepeso y antecedentes familiares.
Hablar con un médico sobre estos cambios es importante, ya que pueden proporcionar orientación personalizada basada en el historial médico. Estos cambios no solo pueden ayudar a prevenir la diabetes, sino que también mejoran la calidad de vida en general, reduciendo el riesgo de otras enfermedades crónicas.