La lepra, una enfermedad que ha persistido en la memoria colectiva como un estigma histórico, a pesar de su misteriosa connotación en la historia y la cultura popular, es importante destacar que la lepra es una enfermedad controlable y tratable en la actualidad, gracias a los avances médicos y al esfuerzo continuo de profesionales de la salud y organizaciones internacionales.
Conocida también como la enfermedad de Hansen, la lepra es una infección bacteriana crónica causada por el Mycobacterium leprae. Históricamente, ha estado asociada con el aislamiento y el estigma, alimentando la idea errónea de que era altamente contagiosa y provocando la marginación de las personas afectadas.
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Los síntomas iniciales son manchas claras o oscuras o nódulos en la piel que resultan en lesiones y pérdida de sensibilidad en la zona afectada. Otros síntomas incluyen debilidad muscular y sensación de hormigueo en las manos y los pies.
Los avances en microbiología y medicina han permitido desarrollar tratamientos efectivos para la lepra. La terapia multidroga (MDT, por sus siglas en inglés) es una combinación de antibióticos que ha demostrado ser altamente eficaz en la eliminación de la bacteria causante de la enfermedad y en la prevención de discapacidades futuras en los pacientes. Esta terapia ha transformado el pronóstico de la lepra y ha permitido que las personas diagnosticadas puedan llevar una vida activa y productiva.
La lepra es un ejemplo concreto de cómo la ciencia y la comprensión pueden transformar una enfermedad históricamente temida en una afección controlable y manejable. A medida que avanzamos en el siglo XXI, es responsabilidad de la sociedad en su conjunto trabajar hacia la erradicación del estigma y la garantía de una atención médica inclusiva y respetuosa para todas las personas afectadas por la lepra.