Dormir es una necesidad básica, pero la forma en que lo logramos puede variar enormemente entre individuos. Todos tenemos ciertas manías y rituales que nos ayudan a conciliar el sueño de manera más rápida y eficiente. Desde la postura hasta las condiciones de la habitación, estos pequeños hábitos pueden marcar una gran diferencia en la calidad de nuestro descanso.
Los expertos recomiendan que la temperatura de la habitación se mantenga en torno a los 21ºC. Además, dormir con una manta pesada puede mejorar la calidad del sueño, especialmente en personas que sufren de insomnio. Otras buenas prácticas incluyen darse un baño caliente antes de acostarse y evitar el ejercicio físico hasta al menos dos horas antes de dormir.
Interesantemente, nuestras formas de dormir podrían haber cambiado a lo largo del tiempo. En 2001, el historiador Roger Ekirch, de Virginia Tech, publicó un artículo basado en 16 años de investigación, revelando pruebas históricas de que los humanos solían dormir en dos tramos distintos. Desde 'La Odisea' de Homero hasta estudios antropológicos de tribus modernas en Nigeria, hay múltiples referencias que sugieren que el descanso nocturno, en el pasado, era diferente al actual.
A pesar de parecer una actividad sencilla, dormir puede ser complicado para muchos. El insomnio es uno de los trastornos del sueño más comunes, donde las personas tienen problemas para conciliar el sueño o para mantenerlo. Sin embargo, existen otros trastornos menos comunes pero igualmente perturbadores, como el síndrome de las piernas inquietas, la parálisis del sueño y el hablar dormido (somniloquio).
Somniloquio
Hablar dormido es un fenómeno que varía según la persona y la situación. Puede ser espontáneo o inducido por la interacción con alguien más mientras se duerme. Este comportamiento puede variar desde murmullos y palabras sin sentido hasta narraciones completas y coherentes.
Aunque cualquier persona puede experimentar el somniloquio, tiende a ser más común en hombres y niños, y puede ser genético. Factores como la falta de sueño, el consumo de alcohol y drogas, la fiebre, el estrés, la ansiedad y la depresión pueden provocar episodios. Según la psicóloga Shelby Harris, cuando hablar dormido comienza espontáneamente después de los 25 años, a menudo está relacionado con otros problemas médicos o psiquiátricos, y en casos severos, puede estar asociado con convulsiones nocturnas.
Consejos para No Molestar a los Compañeros de Sueño
Para aquellos que sufren de somniloquio y no quieren molestar a quienes duermen a su lado, hay varias recomendaciones a seguir:
1. **Consulta a un Especialista:** Si los episodios ocurren varias veces por semana, es aconsejable hablar con un especialista en sueño para descartar otros trastornos médicos o psiquiátricos.
2. **Mantén una Buena Higiene del Sueño:** Establece horarios regulares para acostarte y levantarte, duerme lo suficiente, y evita el alcohol, el tabaco y la cafeína.
3. **Usa Ayudas para Dormir:** Las máquinas de ruido blanco o los tapones para los oídos pueden ser útiles. En casos más extremos, se podría considerar dormir en habitaciones separadas hasta que el somniloquio esté bajo control.
Mejorar la calidad del sueño no solo beneficia a la persona que sufre de estos trastornos, sino que también mejora la relación con sus compañeros de sueño, reduciendo la frustración y mejorando el estado de ánimo general. Dormir bien es fundamental para una vida saludable y productiva, y pequeños cambios en nuestros hábitos pueden tener un gran impacto positivo.