Mientras el mes de diciembre trae consigo festividades, reuniones y celebraciones, para aquellos que viven con autismo, este período festivo puede convertirse en un desafío marcado por la ansiedad y el estrés. Aunque muchas personas disfrutan de las festividades, es crucial reconocer que para algunos, especialmente aquellos con trastorno del espectro autista (TEA), la temporada puede resultar abrumadora.
La psicóloga Alicia López, especializada en el área, en entrevista exclusiva para El Heraldo de Chiapas destaca que las personas con autismo pueden experimentar ansiedad debido a las deficiencias en la interacción y comunicación social, lo que dificulta la comprensión de las emociones y situaciones específicas asociadas con las celebraciones navideñas.
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Uno de los aspectos que puede generar mayor incomodidad es la socialización. Las festividades suelen implicar más interacción con personas, y para aquellos con autismo, esto puede afectar su bienestar debido a la necesidad de proteger su espacio personal y las dificultades para entender los matices sociales.
La psicóloga López ofrece algunas recomendaciones para ayudar a las personas con autismo durante estas festividades:
- Conocer los límites y rasgos de la persona: Entender las necesidades específicas y respetar sus límites.
- Permitir actividades sensoriales: Brindar objetos o actividades que les permitan jugar o tocar para sentirse cómodos.
- No forzar la interacción social: Evitar obligarlos a interactuar de manera forzada, como saludos de beso, abrazo o contacto directo.
La especialista destaca que elementos como los fuegos artificiales y la música festiva pueden generar estrés adicional. Las personas con autismo a menudo son sensibles a los estímulos sensoriales, por lo que los sonidos fuertes y las luces brillantes pueden ser desencadenantes de irritabilidad.
Por último, señala que en este sentido, es crucial que amigos y familiares tomen medidas para adaptar el entorno y minimizar los elementos que podrían causar estrés. La conciencia y la empatía hacia las necesidades individuales de quienes viven con autismo contribuyen a hacer de las festividades una experiencia más inclusiva y respetuosa.