La estabilidad de la temperatura corporal, orquestada por el sistema nervioso, se ve amenazada por el aumento de las temperaturas, intensificado por el cambio climático. Kurt Shickman, director de iniciativas sobre calor extremo del Centro de Resiliencia de la Fundación Adrienne Arsht-Rockefeller, en Washington D.C. (Estados Unidos), destaca la importancia de conocer las formas en que el calor daña el cuerpo humano y cómo prevenirlo.
Además advierte sobre la peligrosidad del calor, subrayando que el cambio climático propiciará la proliferación de zonas propensas a estas condiciones extremas.
Cada verano, los medios de comunicación informan sobre un alto número de fallecimientos, principalmente entre la población de edad avanzada. En 2022, la ola de calor entre el 10 y el 16 de julio provocó la muerte de más de 500 personas, según el Centro Nacional de Epidemiología (CNE).
Enfermedades relacionadas con el calor:
Las enfermedades por calor se manifiestan cuando el cuerpo no puede transferir eficientemente el calor para mantenerse fresco. Entre estas, se incluyen:
- Fiebre Miliaria (Salpullido por Calor): Bloqueo o hinchazón de los conductos sudoríparos, causando incomodidad y comezón.
- Calambres por Calor: Ocurren en los músculos después del ejercicio, debido a la pérdida de agua, sal y minerales.
- Edema por Calor (Hinchazón): Puede ocurrir al estar mucho tiempo sentado o de pie en un ambiente caluroso.
- Tetania por Calor: Hiperventilación y estrés por calor debido a períodos cortos de estrés en un ambiente cálido.
- Síncope por Calor (Desmayos): Baja presión arterial cuando el calor expande los vasos sanguíneos.
- Agotamiento por Calor: Ocurre cuando no se repone suficiente líquido al trabajar o hacer ejercicio en clima cálido.
- Golpe de Calor (Insolación): Emergencia médica donde la temperatura corporal aumenta peligrosamente.
Factores de riesgo y prevención
Condiciones ambientales y físicas dificultan el mantenerse fresco, siendo la deshidratación y la fatiga factores complicantes. Hacer ejercicio, trabajar al aire libre y consumir alcohol aumentan el riesgo. Además, ciertos medicamentos, la edad, obesidad, olas de calor y enfermedades crónicas también elevan la probabilidad de enfermedades relacionadas con el calor.
La mayoría de estas enfermedades pueden prevenirse manteniendo el cuerpo fresco y evitando la deshidratación en ambientes calurosos. El tratamiento en el hogar es suficiente para enfermedades leves, pero el agotamiento por calor y la insolación requieren atención médica inmediata. Se insta a la revisión de síntomas y consulta médica en caso de duda.