Los juanetes, conocidos como Hallux Valgus, no solo son una preocupación estética; su impacto va más allá al causar dolor y afectar la función física, limitando las opciones de calzado y reduciendo la actividad diaria.
Un juanete no se reduce a una protuberancia en el dedo gordo; es una deformidad que refleja cambios en el marco óseo del pie. Esta condición provoca que el dedo gordo se apoye sobre el segundo dedo en lugar de apuntar hacia adelante, desalineando los huesos y generando la característica imagen de esta dolencia.
Esta deformidad progresa lentamente, iniciándose con la inclinación del dedo gordo que, con el tiempo, modifica gradualmente el ángulo de los huesos y deforma el pie. Las mujeres tienen mayor probabilidad de desarrollar juanetes, en parte debido al uso frecuente de zapatos estrechos y puntiagudos.
Existen diversas causas que explican la aparición de juanetes, entre ellas la herencia genética en la estructura ósea, estructuras defectuosas como el pie plano, ligamentos excesivamente flexibles, anomalías congénitas y enfermedades como la artritis.
Los juanetes no solo causan inflamación y dolor en la articulación, sino que también pueden llevar a condiciones adicionales como bursitis, dedo de martillo y metatarsalgia. Su progresión puede resultar en dolor intenso, dificultad para caminar y la aparición de callos.
Aunque los correctores y aparatos ortopédicos no pueden corregir un juanete, la prevención mediante la elección adecuada de calzado es crucial. El uso de juaneteras puede no ser eficaz y causar dolor. En casos avanzados, la cirugía es la única solución para corregir la deformidad y aliviar el dolor, siendo evaluada por un podólogo.
La elección de zapatos planos y cómodos, así como la realización de ejercicios específicos ante los primeros síntomas, puede ayudar en la prevención de juanetes. Andar descalzo en casa para activar los músculos de las articulaciones del dedo también es aconsejable.
La prevención emerge como la mejor solución ante los juanetes. El conocimiento de las causas, los síntomas y las opciones de tratamiento son clave para abordar esta condición de manera efectiva. La consulta con un podólogo en caso de dudas o síntomas iniciales es esencial para una atención adecuada y la adopción de medidas preventivas. La salud de los pies, fundamentales para el bienestar general, merece la atención y cuidado necesarios.