¿Qué es el piercing? El piercing es una perforación realizada en diversas partes del cuerpo para insertar ornamentos como pendientes o aros. Popularizado por el movimiento punk en los años 70, se ha convertido en una forma común de expresión personal y moda en la sociedad occidental.
Cualquier persona, sin importar edad o género, puede optar por un piercing, pero es crucial estar informado sobre los riesgos y las medidas preventivas necesarias para proteger la salud.
Riesgos asociados al piercing
Aunque la mayoría de las perforaciones no presentan complicaciones graves, aproximadamente el 10% de los casos experimentan problemas como infecciones, alergias, cicatrices, inflamación y hemorragias.
Infecciones y alergias: Las infecciones locales afectan al 10-20% de los perforados, causadas principalmente por falta de higiene durante la perforación o cuidados inadecuados posteriormente. Las alergias al níquel, presente en muchos piercings, son comunes y pueden manifestarse como dermatitis.
Transmisión de enfermedades: Existe un riesgo de contraer enfermedades infecciosas como hepatitis B, hepatitis C o VIH si no se siguen adecuadamente los protocolos de higiene y esterilización en los estudios de piercing.
Cicatrices y hemorragias: Algunas personas desarrollan cicatrices queloides, especialmente en zonas como el ombligo, y pueden experimentar hemorragias debido a la rica vascularización de ciertas áreas perforadas, como la lengua o el pene.
Tipos de piercing según la zona
No todas las partes del cuerpo reaccionan igual a las perforaciones. Algunas áreas son más susceptibles a complicaciones que otras:
Piercing Facial (oreja, nariz, ceja): La oreja es la zona más común y segura para perforar, aunque el cartílago puede ser más propenso a infecciones si se utiliza una pistola. La nariz puede infectarse fácilmente debido a la humedad. La ceja debe perforarse lateralmente para evitar dañar nervios y vasos sanguíneos en el centro.
Piercing Oral (lengua, labio): Las perforaciones en la lengua y el labio son delicadas y pueden causar problemas bucodentales como daño a los dientes, encías y alteraciones del gusto. Requieren cuidados especiales y precauciones como evitar alcohol, comidas picantes y contacto oral durante la cicatrización.
Piercing Corporal (ombligo, pezón): Las perforaciones en el ombligo y el pezón pueden tardar de 6 a 8 semanas en cicatrizar y requieren una higiene meticulosa para prevenir infecciones. Es crucial evitar cremas y maquillajes en estas áreas durante la cicatrización.
Piercing Genital: Es una de las perforaciones más riesgosas debido a la alta probabilidad de infecciones y hemorragias, especialmente en el pene. Se recomienda una limpieza rigurosa y evitar actividades sexuales y el uso de espermicidas hasta que la perforación esté completamente cicatrizada.
Precauciones y normativas
Para garantizar la seguridad y evitar complicaciones, es fundamental seguir estas precauciones:
Normativas y higiene: Los estudios de piercing deben cumplir con estrictas normativas de higiene y esterilización establecidas por las autoridades sanitarias. Los profesionales deben estar debidamente formados y vacunados contra hepatitis B y tétanos.
Materiales del piercing: Se recomienda usar metales hipoalergénicos como oro, titanio o acero quirúrgico para minimizar riesgos de alergias. El níquel, común en muchos piercings, puede causar reacciones adversas en personas sensibles.
Contraindicaciones: No se recomienda hacerse un piercing si se es menor de edad, se está embarazada, se tiene alguna enfermedad infecciosa activa, psoriasis, tendencia a formar cicatrices queloides o se están tomando anticoagulantes.
Aunque es una forma popular de expresión personal, es esencial tomar decisiones informadas y seguir cuidadosamente las recomendaciones de salud para evitar complicaciones. Mantener una buena higiene y elegir un estudio profesional y seguro son pasos fundamentales para disfrutar de un piercing sin riesgos para la salud.