La mayoría de los padres se ven afectados o más bien impotentes ante la situación de que el poder lo tiene su hijo y lo utiliza para el beneficio propio y los padres sintiéndose destituidos de su cargo; los niños se han convertido en los adultos y los adultos en niños y es en ese momento en el que los padres comienzan a tener la incógnita de el por qué a pasado esto, algunos padres narran la historia de su hijo ya casi desde el nacimiento con comportamientos muy demandantes, desobedientes, movidos, traviesos y negativistas dependiendo de la angustia que genera en los padres este comportamiento y la forma que tienen de entenderlo y reaccionar ante ello determinará la evolución del niño, más la genética del niño.
Existen casos que no son tan acusados desde el principio y cuentan que su hijo ha sido travieso pero que han notado un cambio muy acusado de pronto. Un antes y un después que normalmente coincide con períodos altamente estresantes para el niño, como una separación de los padres, por ejemplo.
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Se define como niños emperador a los que tienen comportamientos agresivos, que provocan numerosas situaciones de conflicto en casa y provocan el enfado de los padres, sin límites, no son capaces de empatizar ni toleran bien la frustración siendo niños que tienen poder sobre los padres y la dinámica del hogar; deciden, provocan, exigen y maltratan a los padres física y psicológicamente.
Debemos aprender a diferenciar dos cosas muy importantes y tener presentes que educar es desarrollar en tu hijo las facultades intelectuales, afectivas y morales de acuerdo con las normas sociales y culturales. Por ejemplo que diga buenos días al portero.
Criar es cuidar, proteger alimentar a tu hijo hasta que se pueda valer por sí mismo, atender a su crecimiento madurativo y tomar decisiones. Por ejemplo, cuando quitar el pañal dependiendo de su desarrollo madurativo.
Ambas son importantes y se complementan. Cuando uno se enfrenta a un niño difícil por sus conductas desobedientes, por sus órdenes constantes y sus enfados se posiciona mucho más en la de educar y se olvida la de criar.