Kimberly, es una adolescente de 14 años que ha cautivado las redes sociales y a su comunidad local debido a su destreza al volante, ella maneja un camión de carga Dina modelo 2005, su pasión por estos gigantes sobre ruedas la ha llevado a convertirse en una sensación en línea, y ahora su vehículo se destaca por su llamativo color rosa intenso y la inscripción "Pink Panther" en la cabina.
La historia de Kimberly es una muestra de determinación y apoyo familiar, su padre, Ramón Hernández, conocido como "Matute", se esforzó por ahorrar y adquirir el camión de carga para su hija, no solo eso, sino que también se encargó de personalizarlo según los gustos de Kimberly, convirtiéndolo en un distintivo vehículo rosa.
Durante seis meses, un taller ubicado en San Antonio Limón se encargó de construir una caja de carga de madera para complementar el camión, el resultado fue un vehículo único que refleja la personalidad y el espíritu emprendedor de la adolescente.
El interés de Kimberly por los camiones de carga se remonta a su infancia, ya que su padre se dedica al transporte de materiales, fue a la edad de 10 años cuando ella comenzó a aprender los conceptos básicos del manejo, iniciando por los cambios de velocidades. Mientras su padre controlaba el volante, ella manejaba los cambios y controlaba los pedales.
Con el tiempo, Kimberly dominó la conducción de un tráiler de 18 velocidades y ha recorrido distancias significativas junto a su padre, aunque actualmente solo acompañada por un adulto debido a su corta edad, la joven espera cumplir 16 años pronto para obtener su permiso de manejo y poder conducir sola en las carreteras de México.
Sus aspiraciones van más lejos, ya que una vez que cumpla los requisitos legales, planea transportar mercancía desde Veracruz hacia diferentes puntos del país.
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La historia de Kimberly es una inspiración para aquellos que sueñan en grande y se esfuerzan por alcanzar sus metas, independientemente de su edad. Su pasión por los camiones de carga y su habilidad al volante son ejemplos de que el género y la edad no deben ser barreras para perseguir los sueños.
Kimberly, con su sonrisa casi infantil asomada por la ventanilla, se prepara para dejar su huella en el mundo del transporte de mercancías en México.