La paralización del centro de refinación de petróleo en la costa estadounidense del Golfo de México debido a la tormenta tropical Harvey remecía a los mercados petroleros, cuando los operadores intentaban comprar gasolina y diésel desde mercados lejanos para evitar la escasez de suministros en Estados Unidos, México y Brasil.
En los últimos días han sido ordenados varios buques cisterna de gasolina desde Europa a Estados Unidos y América Latina y se prevé que unos 12,5 millones de barriles salgan de la región en la primera mitad del mes, bastante más que los flujos usuales, según operadores y datos de transporte marítimo.
Pemex, que depende fuertemente del abastecimiento de combustible de Estados Unidos, ha ordenado en la última semana siete cargamentos de gasolina, o alrededor de 2,1 millones de barriles, desde Singapur, Canadá y Europa, según las mismas fuentes.
En otra señal de cómo Harvey está abriendo rutas comerciales usadas en raras ocasiones, al menos tres buques cisternas con diésel han sido encargados a Europa y el Mediterráneo desde Brasil, que generalmente importa grandes volúmenes desde la costa estadounidense del Golfo de México. Alrededor de un cuarto de la capacidad de refinación estadounidense, o 4,4 millones de barriles por día, han estado paralizados durante la última semana por el paso de Harvey por Texas, lo que ha provocado que los precios de la gasolina suban a un máximo de dos años de más de 2 dólares por galón.
En forma similar, los operadores han encargado buques cisternas con combustible para aviones, diésel y gasolina desde Asia e incluso Australia para ser entregados en la costa oeste de Estados Unidos y México, pese a la enorme distancia a través del Pacífico, según datos de transporte marítimo.