Si toda la deuda que tiene México se repartiera por cada habitante del país, cada persona tendría que pagar 108 mil 50 pesos en el segundo trimestre del año, lo que representa una reducción de 0.4 por ciento, respecto del primer trimestre de 2023.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), a esta acción se le denomina deuda per cápita, la cual presentó un crecimiento de 4.84 por ciento anual, su menor variación desde el primer trimestre de 2022.
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Analistas comentaron que este menor crecimiento de la deuda per cápita se debió en gran medida a la apreciación del peso mexicano frente al dólar estadounidense y al continuo crecimiento de la población.
“El descenso de la deuda per cápita se atribuye principalmente a la apreciación del tipo de cambio, en términos generales, incide en los montos de deuda externa y al momento de convertir de pesos a dólares, se refleja en una disminución”, comentó James Salazar, subdirector de análisis de CIBanco.
El subdirector advirtió que el endeudamiento se mantiene en niveles muy altos y se esperaría que la apreciación del peso ayudará a la reducción de la deuda.
Además, aseguró que conforme va aumentando el tiempo, la población de mayor edad, que contribuye al pago de la deuda, será menor, con lo que habrá una disminución de personas en edades de trabajar, provocando ajustes en la recaudación.
Jannet Quiroz, subdirectora de análisis económico de Monex, consideró que hay dos aspectos importantes en la reducción de la deuda per cápita, por un lado, tiene que ver el continuo crecimiento de la población y lo que propicia es que se distribuya entre más personas la deuda.
Agregó que otro componente es la estrategia que se ha implementado en los últimos años de no aumentar la deuda pública, lo que propicia que la deuda no esté creciendo a la misma velocidad de lo que lo hace la población.
La experta adelantó que las finanzas públicas están enfrentando mayores retos, “los ingresos de manera acumulada habían venido disminuyendo y esto implicará que el gasto presente un ligero incremento en el déficit, y con ello, en la deuda, con lo que no se descarta una aceleración”.
Los analistas del Centro de Investigación Económica Presupuestaria (CIEP) aseguraron que, aunque la apreciación del tipo de cambio está ayudando a disminuir la deuda total por persona, la deuda interna es la segunda mayor desde 2008.
“La deuda per cápita seguiría en aumento, dejando la responsabilidad a las futuras generaciones de lograr, con una menor inversión física y financiera, una productividad mayor a la vista en los últimos años para recibir la actual cantidad y calidad de servicios públicos”, añadieron.
Agregaron que en este contexto, la sostenibilidad fiscal y la inequidad intergeneracional deberían estar incluidas en las proyecciones de deuda, para considerar los retos fiscales de mediano y largo plazo, tanto por el lado de los ingresos, como por el de gastos.
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Para hacer frente al aumento de la deuda, el gobierno federal debería de gastar menos o subir impuestos para hacer frente a la deuda y en cualquiera de los casos, habrá un efecto de riqueza negativa, dado que los ciudadanos verían sacrificados sus ingresos o la calidad de los servicios públicos.
“El hecho de enfrentar una mayor deuda es que se incurre en dos gastos, en pagar el capital y el pago de los intereses, esto implicaría mayor carga fiscal y como resultado tendríamos un menor gasto”, explicó la especialista de Monex.