Tapachula, Chiapas. La perla del Soconusco, cuenta con 238 mil 755 personas, pero no cuenta con ningún centro de estadía para personas olvidadas en la calle u olvidados por sus familiares en diferentes colonias de la zona urbana.
A nivel gobierno local solo se tiene la Casa Día, pero solo es atendido el 2% de adultos mayores, mientras que las personas necesitadas mueren en las calles, y se les conoce como los olvidados.
Concepción Zepeda Solís, padece de cáncer en su cara, aunque tiene hijas, fue abandonado a su suerte en la casa que se ubica en el fraccionamiento San Jorge, fue víctima del huracán Stán, donde perdió todo y el gobierno le devolvió su casa.
Durante varios meses ha sido olvidado, los dolores en el rostro son insoportable, vive en el más absoluto abandono dentro de su propia casa, a sus 72 años ya no tiene fuerzas para hacerse cargo de sí mismo, su deterioro cada día avanza, en espera de la muerte. Solo digiere líquidos, es ayudado por su vecina que en la medida de sus posibilidades le ayudan con los alimentos.
Con ansias espera la ayuda de Instituciones de gobierno, pero muchas personas no creen en ellas, poco a poco dicen se apagará la vela y morirá solo, abandonado por sus hijos y por las autoridades, al no tener ayuda médica se esperan dolores fuertes.
Don Concepción tiene una historia, por lo general, marcada por el abandono y la soledad y donde en los últimos 10 meses, ha vivido en su casa, ninguna institución le ha dado respuesta, a pesar de buscar la ayuda del sector Salud, para conseguir medicamentos y mitigar el dolor.
Esta es sólo una parte de la realidad de los adultos mayores en Tapachula, Chiapas, una que va desde el abandono hasta el abrazo social, porque aquí, en el torno a quienes necesitan con urgencia sitios de larga estancia por problemas de salud y pobreza, no existe una sola, y muchos se van de este mundo en el total abandono.
Otro caso doña Ofelia Martínez Constantino, tiene 102 años de edad, también tiene su domicilio en el Fraccionamiento San Jorge, Vive en condiciones inhumana con su hijo Diabético e Hipertenso sin trabajo por su enfermedad y de 75 años de edad.
Dos personas que necesitan el apoyo del Gobierno del Estado, del municipio y de la Sociedad, esta situación nos enfrenta ahora como sociedad a un reto mayor, dado que los centros u hogares para personas mayores no pueden ser la única respuesta, si los ciudadanos pueden dar un granito de arena.
La solidaridad está presente, la vocación también, pero es innegable el abandono de los adultos mayores, sobre todo desde el punto de vista de los vínculos familiares, padres, madres, hermanos, olvidados a sus suertes, olvidados en la calle y olvidados en su última morada, que a veces son la fosa común.
Desde el 2012 en Tapachula existe la casa de Día Estancia para Adultos Mayores, alberga a adultos mayores que necesitan cuidados especiales y aunque quisieran ayudar a más personas no puede hacerlo, ya sea por ley y por respeto a la dignidad humana por normas del Servicio de Salud deben contar con un cuidador por cada siete residentes y que tienen que regresar a sus hogares.
Muchas familias ocupan este servicio del DIF, de día llevan a sus papás, mamás, abuelos, por la tarde pasan por ellos, pero que ha pasado con los que no tienen familiares, para ellos no existe ningún apoyo.
En Tapachula, Suchiate, Tuxtla Chico, Huixtla, Metapa, Huehuetán, Mazatán se han contabilizado más de 100 personas que han vivido en la calle, en la pobreza extrema en el abandono, sin redes familiares y no tienen registros médicos, son los afectados por una adicción, sin ver la condición social.
El aislamiento y la soledad en el anciano sigue siendo cada vez más potente en una sociedad inmersa en una creciente competitividad y deshumanización. Se ha observado que aproximadamente el 20% de la población experimenta la soledad y el abandono social, en un entorno de estrés y violencia, lo que ha ocasionado importantes cambios sociales y culturales que han venido a neutralizar los valores tradicionales que protegían a la familia y en especial a los adultos mayores.
En Tapachula, se tienen más de 40 denuncias donde los abuelitos son objetos de maltrato familiar, algunos hijos, nietos, y sobrinos, les quitan lo que con mucho esfuerzo hicieron y son abandonados a su suerte, muchos mueren en la calle y son confundidos con personas adictas a las bebidas embriagantes.
En Tapachula en este 2020 se han levantado 4 abuelitos que no eran adictos a las bebidas, pero murieron en el abandono, y quedaron en la fosa común, se salieron de sus casas por maltrato o fueron despojados de sus viviendas.