El 11 de mayo de 1990 el entonces Obispo de Roma, Juan Pablo II, visitó Chiapas en la capital del estado Tuxtla Gutiérrez, recibió la llegada de los obispos de las diócesis chiapanecas que en ese año eran además de la capital, San Cristóbal de las Casas y Tapachula, más de un millón de fieles católicos que escucharon misa en el parque Pumpushuti.
En medio de la alegría que trajó a Chiapas la visita papal de SS. Juan Pablo II, una historia triste cimbró al estado, la tragedia fue grande para los fieles católicos de la Costa, en especial para los tapachultecos.
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El 9 de mayo de 1990 un vuelo charter de la compañía aérea Aviacsa despegó del aeropuerto de Tapachula con destino a Tuxtla Gutiérrez, el vuelo de aproximadamente 40 minutos transcurrió sin contratiempos, sin embargo, cerca de aterrizar la aeronave tipo Focker perdió altura, después se estrellaría contra un cerro próximo a la capital del estado.
En el accidente perdieron la vida 27 personas, el hecho conmocionó a los fieles católicos en Chiapas, ensombreció la visita papal y trajo dolor y triteza a una ciudad entera, la ciudad de Tapachula de donde prevenía el vuelo en el que falleció el Obispo de Tapachula, Luis Miguel Cantón Marín.
“La ciudad vivió momentos de dolor, agustia y tristeza, es como si se llevaran la aegría de Tapachula, en las casas había rezos, el rosario se escuchaba en el centro y en otras colonias de la ciudad, en San Agustín, en San José, en la Villita y en varios templos se escuchana el Santo Rosario en memoria de las víctimas”, afirmó Irma Domínguez de la iglesia de San Agustín.
Monseñor Luis Miguel Cantón Marín
Monseñor Luis Miguel Cantón Marín, nació en Progreso, Yucatán; el 18 de octubre de 1938, hijo de los señores Luis Cantón Mas, de origen chino y nacionalizado mexicano, su madre Florencia Marín Sánchez. A los 8 años, a la muerte de su madre la tía Rosa María Sarabia viuda de Arcila se lo llevó a la Ciudad de México para que lograra estudiar, sin embargo, ya con 13 años, empezó a dar muestras de su vocación e inclinación por la Iglesia.
Para la década de los 60’s regresó a Yucatán y se estableció con su padre en el municipio de Progreso, donde decidió su ingreso al Seminario de Yucatán. Ya en el mundo religioso en la Universidad de Pamplona, España, obtuvo los grados de bachiller en Teología y licenciado en Derecho Canónigo.
Fue ordenado sacerdote el 29 de julio de 1964 por el arzobispo de Yucatán, monseñor Fernando Ruiz Solórzano. El 2 de julio de 1964 el sacerdote Cantón Marín ofició su primera misa solemne en la Iglesia de la Purísima Concepción en su natal Progreso.
En esos mismos años y hasta 1966 se desempeñó como vicario cooperador de la parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro ubicada en Itzimná.
En los años 1966 a 1968 fue el asesor moral del Colegio Central, auxiliar de San José de la Montaña y ayudante en el Oficio Catequístico; asimismo de 1968 a 1973, fue el director espiritual, prefecto de disciplina y profesor del Seminario.
Para 1973 fungió como vicerrector, prefecto de teólogos, bibliotecario y profesor del Seminario Conciliar, y capellán de las Madres Trinitarias, asesor de las Misioneras de María Inmaculada y director del Movimiento de Convivencias de Vida Cristina.
Ya en el año de 1980 asumió la rectoría del Seminario el 19 de marzo de 1980, en sustitución de monseñor Juan Arjona Correa. En los 80s, Cantón Marín fue colaborador de un diario de circulación en Yucatán mediante la publicaición de artículos sobre la vida de familia y el respero entre indígenas y mestizos, además de la fe de los cristianos en la península.
El papa Juan Pablo II lo nombró titular de la diócesis de Tapachula, Chiapas, el 2 de abril de 1984, y fue consagrado en la Catedral de San José de esa ciudad el 6 de junio del mismo año. Monseñor Cantón era el único obispo de origen yucateco vivo al momento de su deceso, ocurrido el 10 de mayo de 1990 al desplomarse el avión en que viajaba con otros sacerdotes y fieles hacia Tuxtla Gutiérrez para estar presentes durante las actividades papales de Juan Pablo II del día siguiente como parte de su visita pastoral a México.
En plena celebración el 11 de mayo, su SS Juan Pablo II destinó 25 minutos a presidir oficios religiosos ante el féretro de monseñor Cantón en la Catedral de Tapachula, en presencia de medio centenar de personas. El 12 de mayo el obispo fue inhumado en la cripta de la Catedral de San José en la ciudad de Tapachula.
El vuelo y la tragedia
De acuerdo a los archivos del caso, se contabilizaron 27 personas fallecidas, entre ellas el obispo de Tapachula, Luis Miguel Cantón Marín, además de 26 peregrinos tapachultecos de diversas familias que deseaban acompañar al Papa durante su visita pastoral a Chiapas.
Según la información oficial del servicio de Aeronáutica Civil, el accidente derivó de la explosión de uno de los motores del aparato, del siniestro lograron sobrevivir sólo cinco pasajeros de las 38 personas que iban en el vuelo incluyendo a la tripulación.
Testimonios de testigos en tierra afirmaron que el avión estalló en pleno vuelo a unos 300 metros de la cabecera de la pista. Los empleados del aerodromo se covirtieron en eventuales equipos de socorro y consiguieron rescatar a cinco supervivientes y a otras seis personas heridas en el sitio del accidente.
Asimismo el piloto de un helicóptero propiedad de una dependencia del gobierno local dio a conocer que el Focker matricula F-GHXA perdió altura y se estrelló contra un cerro próximo al aeropuerto.
El informe oficial publicado por el Archivo del Buró de Accidentes Aéreos (BAAA o B3A), detalló 24 fallecidos, en un vuelo Tapachula-Tuxtla Gutiérrez caído a 10 kilómetros del aeropuerto con 36 pasajeros a bordo ya con tripulación.
En la aproximación final a la pista 35 del aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez conocido como Terán, mientras la aeronave estaba completamente configurada para aterrizar, la tripulación decidió iniciar un procedimiento de motor y al aire por razones desconocidas y completó un giro a la izquierda en un intento de hacer un circuito de 180 grados.
La aeronave perdió altura, golpeó árboles y se estrelló a 3 mil 200 metros del umbral de la pista, estallando en llamas. Los cuatro miembros de la tripulación y 20 pasajeros murieron, mientras que otros 16 ocupantes resultaron heridos.
Causa probable: La pérdida de control en la aproximación final fue consecuencia de una pérdida de sustentación después de que la tripulación no pudo mantener una velocidad mínima al iniciar un procedimiento de motor y al aire. En ese momento, la aeronave estaba completamente configurada para aterrizar con flaps y tren de aterrizaje bajados.
Se informaron los siguientes factores contribuyentes: Falta de coordinación de la tripulación, falta de experiencia de la tripulación en este tipo de aeronaves.