El Centro de Dignificación Humana (CDH) A.C. destaca la persistente corrupción dentro del Instituto Nacional de Migración (INM), que continúa manchando con sangre la ruta migratoria del sur al norte del país.
Este sombrío panorama se intensificó después del aparatoso accidente que ocurrió el pasado miércoles en el tramo carretero Santo Domingo Zanatepec-El Jícaro, Oaxaca, donde un autobús con 40 migrantes guatemaltecos se precipitó a un barranco.
Las autoridades de seguridad y salud que atendieron el accidente informaron que la mayoría de los extranjeros que iban a bordo del autobús de la línea Rocha, procedente de Tapachula hacia la Ciudad de México, sufrieron lesiones leves, ninguno de gravedad.
Luis García Villagrán, director del CDH, señaló que las muertes de migrantes y los accidentes carreteros continuarán mientras persista la corrupción al interior de esta dependencia federal, que sigue cobrando cuotas a migrantes ricos que van desde los 50 a 70 mil pesos para que puedan salir en avión o autobuses desde Tapachula, sin ser detectados en los retenes o puestos de control migratorio.
“El camión salió de Tapachula y pasó todos los retenes sin ser observado, lo que indica corrupción e hipocresía por parte del INM. También, un autobús fue detenido por la policía estatal con 40 chinos que pasó varias garitas, como la de Viva México, Madre Vieja, Tonalá y Arriaga”, expresó el activista.
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Añadió que el Instituto Nacional de Migración solo persigue, golpea, acecha y retiene a los migrantes pobres o sin dinero para pagar la corrupción de los agentes de migración, que se enriquecen a expensas de la necesidad de niñas, niños, mujeres y hombres indocumentados.
Enfatizó que la falta de transparencia en las operaciones de la dependencia federal perpetúa la impunidad, ya que no se rinden cuentas por los recursos recibidos ni se investiga la verdadera magnitud de la corrupción en la institución. La opacidad en las acciones del INM contribuye a que los responsables de estos actos ilícitos eludan la justicia, perpetuando así un ciclo de abusos contra los migrantes.
El director del CDH resaltó la importancia de una reforma integral en las prácticas del Instituto, abogando por la implementación de mecanismos de supervisión independientes y una mayor participación de la sociedad civil. Estas medidas podrían contribuir a erradicar la corrupción sistémica y garantizar un trato digno y justo a los migrantes que atraviesan el país en busca de una vida mejor.
Finalmente, exigió la rendición de cuentas de los responsables, ya que solo mediante la movilización social y el escrutinio público se podrá lograr una transformación real que proteja los derechos de los migrantes y ponga fin a la impunidad que prevalece en la institución.