Cientos de adultos mayores que trabajan en el sector informal en Tapachula, en diversas actividades para ganar su sustento diario y en muchos casos el de su familia, ya sea como vendedores ambulantes o empacadores en supermercados han empezado a sufrir las consecuencias de la inactividad comercial a consecuencia de la segunda fase del Covid-19.
Con más de 75 años, la doña como cariñosamente llaman sus clientes a la señora que vende tamales por la tarde en céntricas calles de Tapachula, señala orgullosamente que se siente protegida con un cubreboca que le regalaron en el parque -agrega- que seguirá vendiendo hasta que por la fuerza pública tengan que llevarla a su casa.
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Como ella, don Javier, un comerciante ambulante que a bordo de su triciclo vendía tacos cerca de las oficinas del Tribunal de Justicia y de la Unidad Administrativa, hoy no hay clientes, los burócratas han dejado de trabajar atendiendo las instrucciones de las autoridades, las oficinas están cerradas y no hay clientes.
Lamenta que la situación por el coronavirus hoy lo tenga en una severa crisis económica, a mí nadie me ayuda, no tengo el apoyo del gobierno por problemas de documentos, señala al tiempo que pide que no le tomen fotografías, porque aduce que en nada le beneficia.
A decenas de empacadores adultos mayores que eran empleados en tiendas de autoservicio ya no les permitieron continuar con esta labor, ya que es uno de los sectores de acuerdo a la información de la Secretaría de Salud Federal junto con quienes padecen enfermedades crónicas ante la cepa del coronavirus y con quienes se ha pedido extremar cuidados y medidas para evitar los riesgos de sufrir complicaciones por la enfermedad.
Los empacadores habían señalado que preferían estar colaborando con los supermercados, porque esta actividad les permitía ayudar a sus familias, sin embargo, por prevención y por la disposición de la autoridad hoy deberán permanecer en casa hasta que se supere la pandemia en México.