El enfoque de la agricultura convencional siempre ha buscado incrementar la producción de cosechas agrícolas sin considerar las consecuencias posteriores sobre el ambiente en el que se practica. Así ocurre, con la labranza intensiva del suelo, práctica de monocultivo, uso indiscriminado de fertilizantes sintéticos, el control químico de plagas, uso intensivo de agua de pozos profundos para la agricultura, entre otras prácticas de la agricultura moderna.
Jorge Aguilar Reyna, coordinador territorial de Sembrando Vida, afirmó que estas son prácticas promovidas y aplicadas bajo el enfoque de la agricultura denominada convencional y aunque no se debe descuidar y negar que la aplicación de las prácticas e innovaciones tecnológicas convencionales incrementan la producción agrícola, pero tampoco se puede negar que su práctica en actividades agrícolas deteriora los recursos naturales en forma considerable e irreversible.
Dijo que las sociedades de productores de diversos cultivos deben estar organizados, para emprender un dinamismo que permita crear cultivos agroecológicos, ante las consecuencias del cambio climático.
Señaló que el deterioro de la cubierta vegetal, la erosión y el incremento de la salinidad del suelo, disminución de los mantos freáticos, la pérdida de diversidad agrícola biológica y genética, la resistencia constante de plagas y enfermedades agrícolas, el azolve de presas y las inundaciones naturales son algunas de las múltiples consecuencias de la agricultura basada en agroquímicos y en el uso de grandes cantidades de energía.
"La agricultura convencional ha sido importante pero también ha provocado graves daños al medio ambiente, por ello es importante que los campesinos puedan dar un paso adelante e implementar alternativas más amigables con el medio ambiente, como la agroecología", abundó.
Aguilar Reyna indicó que los sistemas agroecológicos de producción son los que muestran mayor capacidad para resistir y recuperarse, adaptándose al nuevo escenario de cambio climático en el planeta, además que genera una mayor productividad por hectárea.
Puntualizó que en el contexto actual de cambio climático, no se puede hacer en materia de agricultura y desarrollo rural sostenibles, sin el impulso de la agroecología y el rescate del conocimiento acumulado por los pequeños agricultores que han desarrollado sistemas de producción resilientes puestos en evidencia ahora con el cambio climático.