A puerta cerrada, con cobros de 20 pesos y venta desmedida de alcohol, el alcalde de Cacahoatán, Julio Calderón Sen, permite que eventos deportivos se desarrollen en el estadio de fútbol de esta localidad. Aunado a esto, personal prepotente se posiciona de las entradas a este recinto, que lejos de convertirse en un espacio de esparcimiento familiar, lo utilizan como pocilga para embriagarse y generar conflictos con la gente que intenta ingresar al lugar.
Una de las denuncias fue dada por comunicadores y reporteros, que acusaron a Esperanza Sen, ex maestra de este municipio, a quien acusan de ser prepotente, tratar mal e insultar a varias personas que el pasado domingo intentaron ingresar a los eventos deportivos convocados por el mismo Ayuntamiento.
La empleada de la actual administración municipal, impidió con gesto prepotente el ingreso de personal del mismo Ayuntamiento y reporteros que intentaban acercarse al campo de fútbol para cubrir el evento, argumentando que si no se pagaba la cuota nadie podía pasar.
Y es que lejos de contribuir a que más personas y jóvenes se acerquen para el fomento de deporte, las puertas fueron cerradas y solo se tenía acceso por donde la empleada municipal trataba mal y con groserías a quienes llegaban.
Vecinos del sector argumentan que el ayuntamiento de Cacahoatán fomenta el vicio, pues cada que hay partidos de fútbol en el estadio, la situación es la misma: gente embriagándose, conatos de peleas e inseguridad en el sector.
Los eventos deportivos deberían de ser a puerta abierta para la población, y no con cobros como actualmente se realiza en Cacahoatán.