A pesar de los riesgos que representan las alcantarillas sin tapa y los drenes pluviales sin protección, de los cuáles se han tenido pérdidas humanas, como la ocurrida hace dos semanas en Tuxtla Gutiérrez, algunos sectores de la ciudad, sufren de esta condición, por lo que es fundamental que las autoridades hagan su trabajo para evitar futuras desgracias.
Desde hace más de una semana, vecinos y automovilistas que circulan sobre la 28º. Oriente a la altura del fraccionamiento San José El Edén, han externado su preocupación por que hay dos alcantarillas sin tapa, es decir, las condiciones en la que está, representan una trampa mortal para los automovilistas y motociclistas, incluso a peatones que cruzan la calle.
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Antonio Pérez, habitante de la zona, afirmó que con la temporada de lluvias, estas alcantarillas se ocultan con las corrientes de agua, por lo que vuelve doblemente peligrosa esta vialidad, debido a que tiene una profundidad de metro y medio y lo convierte en un factor de peligro, por ello las autoridades involucradas en poder remediar este asunto deben actuar con prontitud, ya que son muchos días en estas condiciones, reclaman los vecinos.
Dijo que no saben si esas tapas fueron sustraídas por delincuentes o la fuerza de las corrientes de agua hizo que se movieran de su lugar, por lo que a veces para evitar que automovilistas caigan en esa tapa, les ponen llantas, palos o pedazos de plástico, que sirvan de señal para evitar un accidente.
Señaló que a este problema se suman dos drenes pluviales descubiertos en la colonia 2 de marzo y el fraccionamiento Santa Cruz, los cuales fueron construidos para desfogar el agua de las lluvias y dirigirlo al río Texcuyuapan, sin embargo, desde antes de semana santa, estos canales ya no tienen rejilla en un 80 % del espacio que ocupan en la calle.
Ante esta situación, indicó que hay lentitud de las autoridades para solucionar una situación que pone en peligro la vida de las personas, ya que la abertura de este canal ha propiciado accidentes, en los que afortunadamente no ha cobrado vidas, pero los colonos no quieren esperar a que suceda una desgracia como la ocurrida en Tuxtla Gutiérrez, para entonces actuar.