Guatemala mantiene números rojos por muertes de Covid-19 en 10 departamentos de su territorio, de los cuales tres son colindantes con México, en particular con Chiapas.
Según las cifras del Ministerio de Salud, los departamentos de San Marcos, Quetzaltenango y El Petén, están dentro de las entidades de este país con mayor letalidad por Covid-19.
Según el mapa de incidencia de decesos, San Marcos registró hasta el 13 de julio un total de 395 fallecidos, mientras que Quetzaltenango se elevó a 734 víctimas mortales por el coronavirus.
El otro departamento, El Petén, en conexión directa con Chiapas por la zona Sierra, tiene una incidencia de 255 muertos por la pandemia.
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Pero la división por municipios en Guatemala arroja resultados duros en cuanto a la pandemia. Dos de las localidades más afectadas por el virus en cuanto a víctimas mortales, son Ayutla (Tecún Umán) con 25 fallecidos.
Y aunque la cifra para poco representativa, se trata de una comunidad con apenas 45 mil 434 habitantes, según el censo poblacional guatemalteco, lo que representa el 55 por ciento de mortandad por cada 100 mil habitantes.
En el caso de Malacatán, en otro municipio fronterizo con Chiapas, la cifra total de muertos es de 51, cuando su población suma 108 mil 134 habitantes. Es decir, 47.2 por ciento de mortandad por cada 100 mil habitantes.
Estas son las cifras oficiales, sin contar las personas que mueren en sus hogares debido a que no fueron trasladadas a un hospital público de Guatemala para su atención médica y registro ante del Ministerio de Salud.
La cifra arroja que la pandemia en Guatemala está fuera de control, ya que los contagios al día siguen en escalada y el gobierno chapín muestra severas demoras en la vacunación de su población.
En total, Guatemala mantiene un registro (hasta julio 13) de 9 mil 698 fallecidos por la pandemia en hospitales de este país o que tuvieron seguimiento de las autoridades de salud.
En varias ciudades del país centroamericano, se han implementado medidas cautelares para evitar que su población deambule por las calles al caer la noche. Se trata de una especie de toque de queda que es vigilado por las autoridades, para evitar aglomeraciones y que los números sigan color de hormiga.
En los cruces fronterizos que comparten México y Guatemala, los filtros sanitarios son inoperantes, ya que las dos naciones no intensifican acciones operativas para frenar a este virus mortal.
