Alondra Cortés, una de tantos jóvenes que dedican su vida a la elaboración de quesillo

Un día de celebración y logros ha llegado para los trabajadores, productores y queseros del pintoresco municipio de Pijijiapan, quienes están listos para inscribir su nombre en la historia al participar en la creación de la bola de queso en hebras más grande jamás registrada en el Récord Guinness.

La solicitud de participación en este ambicioso desafío fue aceptada, lo que ha llenado de emoción y determinación a la comunidad quesera de Pijijiapan / Foto: Thiaré García | El Heraldo de Chiapas

La solicitud de participación en este ambicioso desafío fue aceptada, lo que ha llenado de emoción y determinación a la comunidad quesera de Pijijiapan. Entre los protagonistas de esta hazaña se encuentra Alondra Cortés, una joven apasionada por la elaboración del queso, quien ha invertido años de su vida en perfeccionar su arte. Alondra compartió con nosotros que las últimas dos semanas han sido un intenso período de pruebas, estiramientos y enrollamientos del quesillo. Aunque el camino no ha sido sencillo y han enfrentado desafíos, están seguros de alcanzar su meta.

Con un año y cinco meses de experiencia en la quesería La Grande, un negocio familiar, Alondra es la única de su generación que se dedica a la elaboración del quesillo. Para ella, la oportunidad de contribuir a la creación de una pieza clave en el reto del Récord Guinness es motivo de gran orgullo y satisfacción. "Aunque hay nervios, es importante dejarlos de lado", comentó con determinación.

La solicitud de participación en este ambicioso desafío fue aceptada, lo que ha llenado de emoción y determinación a la comunidad quesera de Pijijiapan / Foto: Thiaré García | El Heraldo de Chiapas

El proceso diario en la quesería es un laborioso ballet de habilidades. Desde la recepción temprana de la leche hasta las últimas etapas de empaquetado, se trabaja arduamente para lograr la excelencia. Se producen entre 5 y 9 toneladas de queso al día, y el proceso es meticuloso: desde la cuajada en los punteros hasta la cocción, seguida por el estiramiento y la formación de las bolas de queso de 5 kg, o en tamaños personalizados según los pedidos. Las pesadoras finales se encargan de asegurarse de que cada queso cumpla con los estándares establecidos antes de ser empacado y listo para el consumo.

Los habitantes de Pijijiapan se encuentran llenos de emoción y entusiasmo ante la perspectiva de lograr un Récord Guinness. Más allá de la ambición del título, esta experiencia está fortaleciendo los lazos comunitarios y demostrando que con trabajo en equipo y dedicación, se pueden alcanzar metas extraordinarias. El día de la presentación se acerca y, sin duda, todo el municipio estará pendiente para celebrar esta hazaña que quedará grabada en la historia local y en el renombrado libro de los récords internacionales.

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