La escalada de precios en la gasolina y en las refacciones de vehículos, ocasiona una pérdida importante en el poder adquisitivo de los concesionarios y choferes del transporte público, que no ven incremento en sus ganancias desde hace más de dos años.
En el país, el precio de la gasolina magna, ha subido cerca de un 15 por ciento desde noviembre del 2018 a la fecha de hoy, este incremento, es por mucho superior a lo que se le ha aumentado en el precio de pasaje en este mismo periodo, tanto en la modalidad de taxis y transporte urbano.
Por otro lado, el costo de las refacciones que se utilizan para darle mantenimiento a los vehículos cada 3 o 4 meses ha crecido en los últimos dos años alrededor de un 13 por ciento en algunas piezas, pero en otras se incrementó más del 20 por ciento por lo que, el gremio transportista mantiene paralizada su economía, afirmó el representante del sitio Cristóbal Colón, Abenamar Rosales Gordillo.
Y es que se acentuó el costo de las 60 piezas más utilizadas para la reparación de un vehículo de pasajeros como son llantas, balatas, aceites y todo lo referente a la suspensión que tuvieron una repercusión de las variaciones en el tipo de cambio sobre el precio de las refacciones.
De igual forma, el transportista y sus choferes han notado una disminución en el rendimiento de la gasolina, por lo que se presume que se regresó a las ilegales prácticas de que los gasolineros oferten menos del litro registrado en sus bombas, por lo que, de esta manera, también se hizo un llamado a los empresarios y autoridades para supervisar esta situación.
Lamentó que la situación que se vive constantemente en el transporte público sea cada vez más difícil, tanto para los concesionarios como para los choferes, ya que, si hace dos años, un chofer sacaba una ganancia de 200 pesos para llevar a su hogar, ahora, por diversas razones, sigue sacando esa misma ganancia, pero en cambio, el precio de la canasta básica ha aumentado considerablemente.
Finalmente refirió que es lamentable la situación que están viviendo quienes tienen concesiones del transporte público en el Estado, ya que no cuentan con la liquidez económica para poder comprar nuevas unidades para ofrecerles mejor servicio a los usuarios.