/ martes 1 de agosto de 2023

La tradición del ámbar en Chiapas: Usado para protección y amuleto

El precio de las piezas de ámbar varía según el tamaño y la complejidad de la joya. Sin embargo, la artesanía en ámbar no siempre es valorada justamente

El ámbar, una resina fosilizada con millones de años de antigüedad, se ha convertido en una parte esencial de la vida de la gente en la región. No solo es utilizado como joyería y accesorios, sino que también es considerado como un poderoso amuleto protector contra las malas vibras y el mal de ojo. Además, se le atribuyen propiedades para proteger a los recién nacidos de diversas dolencias, como el babeo y la picazón causada por la salida de los dientes.

Juana García, propietaria de la empresa Ámbar Arte y Diseño, cuenta cómo esta resina fosilizada extraída de las minas de Simojovel de Allende, es transformada en una diversidad de joyería artesanal. Ella y su hija, Silvia Montes García, adquieren la resina en bruto por kilogramos, pagando seis pesos por gramo, lo que se traduce en un costo de seis mil pesos por kilogramo.

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En su taller, Juana García trabaja con minuciosidad la resina: la lija, la corta, la esmerila y la pule, aprovechando la formación de la resina en bruto para crear diversas figuras y no desperdiciar material. Con un kilogramo de resina, que le cuesta seis mil pesos, obtiene alrededor de 12 mil pesos al transformarlo en una gran variedad de piezas de joyería. Para su producción, utiliza hilos de seda de colores rojo y negro, así como metales en plata y oro laminado.



El precio de las piezas de ámbar varía según el tamaño y la complejidad de la joya. Desde una virgen de Guadalupe que se vende a seis mil 800 pesos, hasta piezas más accesibles que cuestan 50 pesos al público. Sin embargo, la artesanía en ámbar no siempre es valorada justamente. En ocasiones, Juana debe reducir significativamente el valor comercial de sus piezas para que se vendan, lo que afecta sus ganancias.



Doña Juana García proviene de una tradición familiar dedicada a la transformación del ámbar en Chiapas, y con más de 25 años de experiencia en el rubro, ella y su familia se dedican con amor y pasión a esta actividad. Sin embargo, Juana espera que se le dé el valor real a esta artesanía que involucra un laborioso proceso, desde la extracción en las minas hasta la transformación final.

El ámbar, una resina fosilizada con millones de años de antigüedad, se ha convertido en una parte esencial de la vida de la gente en la región. No solo es utilizado como joyería y accesorios, sino que también es considerado como un poderoso amuleto protector contra las malas vibras y el mal de ojo. Además, se le atribuyen propiedades para proteger a los recién nacidos de diversas dolencias, como el babeo y la picazón causada por la salida de los dientes.

Juana García, propietaria de la empresa Ámbar Arte y Diseño, cuenta cómo esta resina fosilizada extraída de las minas de Simojovel de Allende, es transformada en una diversidad de joyería artesanal. Ella y su hija, Silvia Montes García, adquieren la resina en bruto por kilogramos, pagando seis pesos por gramo, lo que se traduce en un costo de seis mil pesos por kilogramo.

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En su taller, Juana García trabaja con minuciosidad la resina: la lija, la corta, la esmerila y la pule, aprovechando la formación de la resina en bruto para crear diversas figuras y no desperdiciar material. Con un kilogramo de resina, que le cuesta seis mil pesos, obtiene alrededor de 12 mil pesos al transformarlo en una gran variedad de piezas de joyería. Para su producción, utiliza hilos de seda de colores rojo y negro, así como metales en plata y oro laminado.



El precio de las piezas de ámbar varía según el tamaño y la complejidad de la joya. Desde una virgen de Guadalupe que se vende a seis mil 800 pesos, hasta piezas más accesibles que cuestan 50 pesos al público. Sin embargo, la artesanía en ámbar no siempre es valorada justamente. En ocasiones, Juana debe reducir significativamente el valor comercial de sus piezas para que se vendan, lo que afecta sus ganancias.



Doña Juana García proviene de una tradición familiar dedicada a la transformación del ámbar en Chiapas, y con más de 25 años de experiencia en el rubro, ella y su familia se dedican con amor y pasión a esta actividad. Sin embargo, Juana espera que se le dé el valor real a esta artesanía que involucra un laborioso proceso, desde la extracción en las minas hasta la transformación final.

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