El arquitecto, Andrés Luna Ruiz de 79 años de edad, se ha convertido en un personaje importante en la vida política, social, cultural y religiosa de Tapachula y de la Costa de Chiapas.
Con más de cinco décadas dedicado a la actividad y en particular a la arquitectura de edificios religiosos, el arquitecto Andrés Luna empezó desde los 19 años.
Contó que luego de concluir su etapa profesional en la Ciudad de Mexico, viajó a la ciudad de Tuxtla Gutierrez, pero por situaciones familiares regresó a su natal Tapachula en el año 1982, donde empieza en busca de desarrollarse profesionalmente, ya que era poco conocido dentro de la arquitectura.
Su amor a Dios y a la Virgen de Guadalupe llevó al al arquitecto Andrés Luna a emplear su profesión y sus conocimientos al servicio del Señor, por lo que comenzó a diseñar y construir templos.
En un trabajo coordinado con las autoridades eclesiásticas de la Diócesis de Tapachula, el arquitecto Andrés Luna a la fecha ha remodelado, construido y modernizado 36 edificios arquitectónicos.
Entre los que destacan desde el Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe, la iglesia del santo patrono San Agustín, San Judas Tadeo, San Francisco de Asís, el templo en Puerto Madero y también en la Sierra.
"Hemos dedicamos nuestro conocimiento al servicio de Dios, todo sin cobrar ni un solo peso, ya que los templos son edificios donde se consagra a Dios y donde se le dedica culto, por lo que deben ser un espacio adecuado para que los fieles puedan rendir adoración", abundó.
En todos los trabajos ha plasmado su estilo y además cada espacio tiene un mensaje, de los escalones, campanarios y en el santuario que es un área desde la cual se llevan a cabo servicios y misas.
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"Cada edificio es construido con un sentido profundo de análisis, del respeto a los fieles y a Dios que requiere de una planeación que se busca cumplir con lo arquitectónico y lo espiritual", expresó.
Es allí donde el arquitecto de edificios sacros modernos, el especialista en los dos temas, de la imaginación, planificación y diseño, utiliza todo tipo de elementos desde vidrieras y luces que cuentan historias, que representan escenas, que conforman figuras simbólicas con un toque de color, destinadas al objetivo de dejar señas, un catecismo plasmado grafico en cada uno de los componentes que integran el templo.
