Restauranteros del corredor turístico del municipio de Tuxtla Chico, que limita con Guatemala, están a punto de cerrar sus locales y no precisamente por el coronavirus, sino, porque los comensales han dejado de llegar.
Carlos Carrasco, presidente del corredor turístico Izapa, explicó, que desde hace tres semanas aproximadamente, cuando la frontera entre México y Guatemala se cerró los restauranteros viven una dramática situación económica por la caída de las ventas.
Comentó, que resistirán hasta donde se pueda, pero es el momento que el gobierno federal, estatal y municipal busque incentivos para ayudar a este sector, ya que muchas familias se quedarán sin sustento.
Carlos Carrasco: Presidente del corredor turístico Izapa
“Desgraciadamente esta situación que estamos viviendo nos afecta bastante, muchos de los compañeros pagamos renta y son los que no pueden aguantar más esta situación, ya que tenemos que pagar sueldos, servicios básicos, y encima de esto no hay ventas, eso nos llevará a la quiebra”, expresó.
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Mencionó, que el gobierno federal debe implementar programas de apoyo económico para los restauranteros, así como para el resto de los sectores que se están viendo afectados por la contingencia, ya que el Covid-19 está afectando a todos.
Aseguró, que las ventas en los restaurantes del corredor de Izapa han caído en un 80 por ciento y que los fines de semana que son los días donde los empresarios del sector se recuperaban, llevan al menos 3 fines de semana que no sacan ni para pagar la nomina de sus trabajadores.
“La secretaria de hacienda debe implementar un plan para ayudar, no sólo a los empresarios del sector restaurantero, sino también a aquellas personas que se pueden quedar sin empleo en el momento que este sector decidamos cerrar”, expresó
Añadió, “pagamos nuestros impuestos y hay mucho de donde el gobierno federal puede sacar para apoyar a quien lo necesita, principalmente a todos los trabajadores que van al día y solo ganan de la propina”.
Detalló , que sólo en esta zona de restaurantes hay 28 negocios, cada uno emplea un promedio de seis personas, lo que representa 168 familias que dependen directamente de este sector que están apunto de mandarlos a casa.
Finalmente, dijo que hasta el momento ni uno ha cerrado, sin embargo, han tomado medidas drásticas, como no abrir ciertos días a la semana y turnar a los colaboradores para que no se queden sin su salario.
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