José Gonzalo Rodríguez Méndez, es un escultor y pintor originario de Huixtla, que al desarrollarse como artista plástico ha logrado una técnica gráfica única en las que utiliza diversos pigmentos mezclados con sustancias aglutinantes orgánicas y sintéticas, creando obras por las que ha recibido buenas críticas y gran acogida en el mundo artístico, así como vender varias de sus obras.
En entrevista exclusiva menciona que para él el mundo del arte y la cultura le han permitido comunicar, sensibilizar y transformar realidades al esculpir en madera pero siempre respetando el medio ambiente, cuidándolo como parte de una responsabilidad y buscando a su vez hacer conciencia de los problemas ecológicos que afectan al planeta.
Dijo que si bien él trabaja la talla en madera, siempre adquiere árboles que estén próximos a corte porque constituyen riesgo a la ciudadanía, que puedan ocasionar daños en viviendas o que tras ser azotados por el viento hayan caído.
González Méndez, menciona que en el caso de la pintura ha venido trabajando desde su infancia pues él y sus hermanos han heredado esa parte al que le llamó un don del lado de su padre, ya que él también fue pintor y muralista.
Dijo que en la técnica de la madera lleva aproximadamente entre cuatro y cinco años, ha tenido gran aceptación, destacando que en la zona Costa de Chiapas no se acostumbra o quizás no hay algún maestro que sea tallador y escultor.
Señala que ha esculpido personajes de una sola pieza de madera, entre estos santos y vírgenes, así como otras piezas que sus clientes le pidan, destacando entre las figuras que más ha vendido los calendarios aztecas, la máscara del Parachico, a la que le hizo una adaptación propia, pues la máscara ya existe y él solo le adaptó una mano para sostenerla como un arreglo para oficina.
Orgulloso el artista comenta que sus calendarios aztecas los ha logrado vender en países como Argentina, Colombia y Estados Unidos, así como otros lugares de la República Mexicana a donde han llamado la atención, vendiéndose entre 25 mil a 28 mil pesos dependiendo el tamaño.
Como un caso especial menciona que en la comunidad Francisco I. Madero de Huixtla, la señora Rosy Estudillo, tras encontrarse mal de salud y hacer una promesa, le pidió que le esculpiera la figura de un Cristo Sacrosanto; pues de acuerdo a la dama ella padecía cáncer cerebral por lo que acudía a la iglesia diariamente para encomendarse al Señor, y al desaparecer la enfermedad le solicitó la obra, la cual dijo no cobró el precio que debía pues el testimonio de fe lo impactó, pero ahora él ha tenido respuestas muy positivas en cuanto a sus ventas, por lo que continúa esforzándose en cada obra que realiza.
González Méndez, es colaborador de la Casa de la Cultura de Huixtla y agradece a la directora Malena Bustillo de la Rosa, quien depende del Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas (CONECULTA), porque desde hace dos años él ha venido poniendo un granito de ayuda, destacando que antes tenían mucho apoyo del ayuntamiento, pero ahora es la directora la que dijo “ha sudado la camiseta en el aspecto de meter exposiciones de libros y buscar que cada niño tenga un tutor por área para que sea mayor su desarrollo artístico”.
“Invito a la ciudadanía a sumarse y que se haga conciencia, porque hoy curiosamente cuesta decirlo y da tristeza, ya que hay más centros nocturnos, más cantinas que centros culturales, hacen falta apoyos del gobierno, y esperamos que nuestro nuevo gobernador de quien muchos chiapanecos confían incluyéndome, nos voltee a ver pues al final del día el bienestar, es para nuestros jóvenes. Aquí me he llevado gratas impresiones con jóvenes de entre 11 y 15 años que están dibujando graffitis, rostros con gran técnica. Gracias a Dios que existe este espacio y es mi granito de arena que doy. Ayudemos a contribuir la cultura de Huixtla”, concluyó diciendo.
EL ARTE CALLEJERO DE FRANKLIN DE AGUA VIVA
En Huixtla, resaltan las obras de Franklin de Agua Viva como se hace llamar un joven muralista, que luego de haber sufrido un terrible accidente vial, que lo tuvo por mucho tiempo postrado en una cama en donde pedía al Todopoderoso que le permitiera aunque fuera mover las manos, su fe no desmayó y él se recuperó volviendo a la normalidad desarrollando tras el hecho su pasión por dibujar.
Asegura que desde hace más de 17 años, lleva mensajes a través de murales o dibujos que plasma en bardas, sobre todo en lugares solitarios o abandonados. Su objetivo es quede grabado en la mente de la gente y en las paredes alguna situación inusual que se vive en el momento.
En entrevista Franklin cita, que por falta de empleo en Huixtla, ha tenido que emigrar a otras ciudades chiapanecas, donde también ha plasmado sus dibujos que reflejan gran realismo.
Finalmente indica que el dibujo es como la música, cruza fronteras y esto puede cambiar sentimientos como la tristeza y alegría, por lo que él lo considera un don del cielo que ha logrado desarrollar en el arte.
